Se pasó la vida

¿Cómo es posible frenar cuando lo quieres todo?

¿Siente ella que está viviendo rápido porque tiene 26 y, dicen que así se pasa la vida a partir de los 20?

Piensa en esa posibilidad, porque ha escuchado frases hechas que adjudican el fugaz pasar de los días a esta etapa de la juventud, pero ella duda,porque en parte sí, fue hace un par de años que inició esa sensación de los meses lejanos y perdidos al mismo tiempo, pero también cree en la existencia de algo más que aceleró la vida, y no solo la de los veinteañeros.

¿Qué podrá ser? Quiere descubrirlo, tiene intuiciones e ideas, pero ninguna con luz suficiente que se permita ver con la claridad de su transparencia.

Está en su mente la teoría de ‘La vida líquida‘ de Zygmunt Bauman. ¿Tendrá algo que ver?

Se dispone a investigarlo y se encuentra con conceptos conocidos como: modernidad, consumismo, individualismo e inestabilidad.

Lo que ella suponía y muchos de nosotros; nuestra cultura occidental moderna, amante del consumo y las novedades, propicia el reconocimiento de experiencias inestables e individuales. ¿Y cómo esto transforma el pasar del tiempo?

Porque según sabemos, las horas siguen teniendo 60 minutos y 1 minuto, 60 segundos. Probablemente el incesante deseo por lo desconocido, la lleva a vivir el presente como un trampolín al futuro, y ahí se le van los días. Porque tiene muy presente que vida, solo hay una, y que si acumula el mayor número de distintas experiencias, podrá decirse en algún punto de su trayecto que vivió una juventud maravillosa, en la que no se quedó con ganas de nada y aprendió ‘un montón’.

Quizás es que el constante movimiento de sus ojos, de pies, pensamientos y sentimientos no la hacen consciente del ‘tic-tac’ del reloj.

Las horas pasan para que termine una tarea y comience otra. El tiempo funciona como una guía para que llegue y salga del trabajo, así como para descansar los fines de semana, ver un partido de futbol o felicitar al amigo por su cumpleaños.

Y esto es lo que llama ‘vida’; lo que hace mientras corre el cronómetro.

Continúa con su investigación de Era Moderna, y descubre a Carl Honoré, un periodista canadiense que escribió en 2004 “Elogio de la lentitud”. Encuentra sus palabras en un evento TED en YouTube, y escucha:

La cultura rápida se infiltra en nuestra salud, relaciones, familia y medio ambiente…porque la idea es vivir la vida rápido en vez de vivirla bien… en la cultura occidental el tiempo es lineal, o lo tomas o lo pierdes. ‘‘El tiempo es dinero’,… Benjamín FranklinDebemos desacelerar, frenar, vivir lento y profundizar”.

Finalmente, ella concluye que: los veinte van rápido porque ella va rápido, porque lo vigoroso que es su cuerpo y lo competente que es su cerebro, le permite vivir de tal modo y a tal velocidad que no puede ser más que inalcanzable y que no podría serlo en otro tiempo.

¿Cómo es posible frenar cuando lo quieres todo?

Recuerda su último viaje en el que algo se paró, entonces sí ha frenado y puede volverlo a hacer. Una travesía que hizo por 4 días, a uno de tantos pueblos mágicos que alberga nuestro país, al que rodeó más de cinco veces en el día por su condición de pequeño, y en el que tomó el sol por más de dos horas junto al mar. Las 24 horas no terminaban, ella vivía en un pasar lento que le hacía extrañeza.

El tiempo no fue más un itinerario, fue la vida.

Pregunta: ¿Qué hacer para no perder el tiempo?”; respuesta: Sentirlo en toda su lentitud”; Albert Camus (La peste).

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