Dejando atrás seis pecados, alguna vez ninfa.

Dejando atrás seis pecados, alguna vez ninfa.
Sus cuatro rostros me miraban con desdén.
Se necesitó un soplo en el faro, para perderte; realmente nunca exististe.
No me necesitarás más, pero estaré a tu lado, cuando emprendas una nueva Odisea.
No habrá colina, ni piedra que empujar.
Transito entre recuerdos y pieles sin nombre
incluía un par de metáforas confusas, que apenas yo comprendo.
Se cierran los mundos,
comienza a llover.