Cartas y desencuentros

Dejaste una carta 

en la entrada de la casa,

mi nombre baila olvidado 

en la carátula de 

un sobre ojiazul, 

en su timbre reside 

una patria que te compartí, 

pero de a pocos también fue tuya;

ahora la carta 

se oculta entre un librero 

a medio demoler,

no hay indicio de ti en el sobre 

y prefiero no abrirlo,

prefiero que me mire juguetón 

desde la tierra de 

quienes olvidan,

resguardando tus secretos

y las líneas que me escribiste,

protegiendo 

con vocación militar 

la posibilidad de 

ver el mar que tus palabras 

recuerdan. 

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