Te llamo. Pido auxilio inmediato. Ven si me oyes. Ven ya, que mi cuerpo te pide y mi mente se descarrila por verte. Escribo un SOS en el vaho del cristal tras la tormenta. Es lo que quedaba por hacer. Resulta que eres sólo una sombra, un espectro que me pone a soñar sin permitirme cerrar los ojos. Solo tú pasas de ser ángel a ser fantasma en un parpadeo sometido por la oscuridad. Pero te necesito.
Confieso que me pregunto si eres cura o enfermedad. Es más, ya te digo que no sé si me calmas o me enloqueces. Da lo mismo al final si terminas siendo causa y consecuencia de todo. Porque vamos y venimos, somos y no somos, pero sucede que nos pertenecemos. Se trata de un nexo puro, ajeno a lo tóxico de nuestro mundo. Mi SOS sólo tiene un destino, aguarda un único resultado. Tú eres el llamado y el auxilio. Eres todo.
*SOS es la primera entrega de la serie “J”.