Un rojo contrapunto

Si a primera muerte;
si la mar, la noche y las enredaderas
que se asoman por tus huesos;
si contra lo pacato;
si ayer
y la clausura;
si bajo el umbral y sobre la bruma,
¿por qué rehuyes la vida,
artista?

Un irrevocable disparo;
el cuello roto
de aquel niño mudo;
los argumentos que odias y dices al óleo…
Si todo esto te ata,
¿cómo, artista,
eres laureles y libertad?

Hay estética
en el cruel olvido
del presente de unos versos mal trazados.
Tórrida,
dorada espina de lo remoto…
¿Qué hacías, artista,
días antes de la ignominia?
Si no hubieras sido lámpara,
si no fueras
culpa,
dinos, ¿qué serías?

Otros sienten, ven, sospechan
que piel,
historias,
sublime eres.
Y tú en cambio te quisieras libro quemado.

Hay gente
que ahora es
como tus cantos en fa.

Si las verdes culpas;
si el sofocante hielo;
si la caricia venial,
¿por qué te amordaza,
artista,
la palabra “redención”?

Abubilla que ha fallado;
sed atravesada.
Si estás harto, artista, de la falsa plenitud;
si no logras avanzar,
di, ¿por qué eres, artista,
pesadilla y brújula?

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