[Verso simple #1]

No hay violín ni trompeta, hay verso.

Llevo ya unos meses
intentando escribirle 
a las lamparas
en mi habitación,
a los pequeños relieves 
en la pared que me gritan 
en braille 
los secretos de este lugar;
no hay poemas ya en 
este sitio tan recurrente,
pero, si presto atención,
puedo escuchar los
antiguos festivales 
de mis huesos, 
el cantar de mi piel 
y tu piano eterno en la memoria;
desgraciadamente no soy 
músico,
aunque entre los vellos
de mis manos suenes tú,
no está tu composición 
en la inmensidad de las paredes,
no hay violín ni trompeta,
hay verso;
en esta melodía mía,
estás tú,
tus sonidos, mi invierno.

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