Viajando a través de los trazos con Bárbara M. Díez

Siempre ha sido difícil describir el viaje y encasillar su actividad periodística en una rama específica. ¿Cómo contar esa experiencia que, según Mariano Belenguer, “nos hace formar parte de una ecuación en la que velocidad, espacio y tiempo juegan con nuestras anquilosadas mentes mostrándonos lo relativo que es todo aquello que percibimos como transcendente? Lo cierto es que, como defiende el mismo autor, “viajar y contarlo después parece algo inseparable”. En estos últimos años, ante el auge de la masificación turística y la homogeneización de los diferentes entornos naturales, sociales y sobre todo culturales, hemos visto como el denominado “Periodismo de Viajes” ha ido desarrollando una nueva actitud frente a este incontenible fenómeno, promoviendo, gracias al desarrollo de nuevas narrativas, una concepción del viaje alejada de la sociedad de consumo y de la cultura de la velocidad.  Es en este nuevo concepto, inmerso en un diálogo con las artes, donde se encuentra la periodista Bárbara M. Díez (Madrid, 1980), creadora de la revista de viajes ilustrada Babilonia’s Travel. Especializada en infografía y diseño gráfico, ha trabajado previamente en medios como El Mundo, elEconomista o Altaïr Magazine.

Alejada de los modelos impuestos por las redes sociales y los esquemas y rutinas tradicionales de las empresas periodísticas, Bárbara no es el tipo de viajera que empiece a contar su experiencia haciendo alusión al número de países visitados, aunque ya haya conocido 50 aproximadamente. La curiosidad, la observación y la voluntad de romper con los moldes impuestos por el negocio narrativo turístico la llevaron a evolucionar su blog de viajes, creando en 2014 la revista de viajes ilustrada Babilonia’s Travel, de la que también forma parte el ilustrador y experto en arte Carlos García Rubio. Desde 2017 editan de manera independiente su colección de libros en papel y digital con contenidos ilustrados, La Vall de Boi y su románico – El refugio de la rebeldía (2017) y Nápoles, Pompeya y alrededores – El arte del otium (2019).

Contacté con Bárbara, afincada en Barcelona, para hablar sobre el papel que desempeñan las infografías y las ilustraciones en el Periodismo de Viajes, un sector que parece estar más abierto que nunca a la construcción de mundos a través de relatos que dialogan con nuevas narrativas audiovisuales y transmedia, pero que aún encuentra dificultad en “mirar en condiciones de igualdad” a estas dos herramientas artísticas. Cofundadora en 2013 de la primera versión de la asociación de bloggers de viaje en Barcelona, reconoce no haberse sentido en muchas ocasiones cómoda en una industria de ideas férreas, sujeta, a veces demasiado, a los intereses de las empresas turísticas, con unos muros muy difíciles de derribar. Esta periodista, prefiere “viajar menos, pero vivirlo más y con más calidad”. Como se puede leer en la descripción de su medio, busca la manera de “contar el mundo desde otra perspectiva, para poder llegar al destino y mirar de tú a tú y de igual a igual, comprendiendo la historia y la cultura del lugar visitado”.

Es precisamente en este mercado donde hay muchas personas empeñadas en ensalzar la palabra “viajero”, dotándola de significados románticos, bohemios e incluso narcisistas y enfrentándola a la de “turista”, catalogada sistemáticamente con matices negativos. Para la diseñadora gráfica esto no es más que un reflejo de la necesidad urgente de empezar a ir más allá, indagando en la condición humana y en la manera en la que cada uno viaja o en la que se le ha enseñado a hacerlo. En preguntarnos cuál es la necesidad que nos mueve. En su caso concreto este punto de inflexión se produjo después de un viaje a la India, tras el que decidió dejar de ver a través de los visores de la cámara, para pasar a sentir más. Este planteamiento resulta muy interesante, ya que han decidido dotar de una nueva filosofía a su medio, subrayando la necesidad de “viajar sin colonizar”. Algo que está vinculado con “la recuperación de la observación, con el análisis externo e interno y con la esencia de cada lugar”. Y que, por supuesto, va más allá de la huella ecológica de los viajes. Un ejemplo de ello se encuentra en su apuesta por la vuelta a un periodismo que ponga de valor el turismo de proximidad, en un nuevo paradigma del viaje.  Como recuerda la autora, el turismo de masas ha generado en la ciudadanía un sentimiento de querer conocer de forma más auténtica las propias ciudades y los destinos extranjeros, a través del acercamiento a la otra cultura y a los aspectos más humanos. El aspecto positivo de la dicotomía “viajero-turista” reside en la  búsqueda de una creación de contenidos caracterizados por aspectos emotivos, antropológicos, descriptivos y focalizados en las historias humanas. 

Claramente esta filosofía tiene mucho que ver con los métodos empleados, tanto por Bárbara como por Carlos, de contar la realidad. En el caso de Babilonia’s Travel las ilustraciones sustituyen a las fotografías, siendo muchas de ellas realizadas en directo y posteriormente digitalizadas para la ilustración en web o en papel. El hecho de captar las instantáneas de viajes con conversaciones e ilustraciones refleja “la necesidad de reeducar al periodismo para que explore nuevas formas de narrar lo humano”. Como defiende la infografista, sentarse a observar es el inicio de cualquier viaje. Un ejercicio de intensa dificultad. El trabajo de horas parado, analizando el presente, permite entablar un diálogo con el ambiente, con todos sus elementos, creando “una tensión emocional entre las cosas y el sujeto”. Porque dibujar y relatarlo se podría resumir en un constante aprendizaje, en una clara voluntad de “volver a humanizar la crónica de viaje”. Y no debemos olvidar que, como recuerda la editora, las infografías “aportan datos, creatividad, contexto y facilitan el tratamiento de temas y datos complejos buscando la comprensión social del diseño por encima de los aspectos comerciales, siendo expresiones gráficas que exigen una cuidada estética”. Lo que vemos es que quienes hacen periodismo con artes gráficas normalmente tienen que hacer frente a un sector que suele privilegiar el texto y que cuestiona su impacto en las audiencias. La difícil tarea, “es intentar cambiar la mentalidad de un mercado que no entiende estas expresiones gráficas como una herramienta más de las ciencias sociales, cercanas a la comunicación, en las que predomina la función social”. 

Esa recuperación de valores podría estar viviendo, según la ilustradora, un punto de inflexión debido a la pandemia que estamos viviendo. Han sido múltiples los debates que se han puesto sobre la mesa acerca de una evolución hacia un horizonte en el que predomine la apuesta por un periodismo y una sociedad de proximidad, sostenible y  que promocione la cultura. Concretamente en el Periodismo de Viajes, podría tratarse de un salto hacia esa nueva corriente que apuesta por una nueva concepción de la profesión, “con afán de descubrir, explicar, dar a conocer y que construya un nuevo relato sobre lo social”. Quizás, nos estamos olvidando del concepto de “diálogo”, algo que ella reivindica a través de la unión de la escritura y la ilustración. 

Hablando con Bárbara sobre la versatilidad del género de viajes, ambas concordamos en que el viaje y su especialidad periodística, más allá de cualquier definición técnica, parece ser “una necesidad psicológica”: una búsqueda o un intento de plasmar las sensaciones, los estados anímicos, ese “todo” que nos rodea desde una mirada subjetiva e íntima. La evolución de este paradigma periodístico hacia una dimensión poliédrica nos hace preguntarnos, y cada vez más, sobre la naturaleza del imaginario del viaje y sus posibilidades comunicativas. Nos encontramos ante el gran reto de aprender a vivir, asimilar y describir el preciado arte del desplazamiento. Ese que Bárbara y Carlos seguirán narrando a través de capas de pintura.