La vida misma es como ser del Cruz Azul: tiene momentos muy amargos, pero algunos pocos que te llenan el corazón; te caes, pero te levantas; te vuelves a ilusionar hasta que aprendes a disfrutar el camino.
![](https://revistapurgante.com/wp-content/uploads/2021/06/novena1bn2.jpg)
La vida misma es como ser del Cruz Azul: tiene momentos muy amargos, pero algunos pocos que te llenan el corazón; te caes, pero te levantas; te vuelves a ilusionar hasta que aprendes a disfrutar el camino.