¡Y tu cielo nupcial, que cuando truena
de deleites frenéticos nos llena!
Ramón López Velarde
Hojas dichosas de plateado encino
Cubren el suelo sensitivo y plano
Árbol consciente mirará montano
Mientras viste de plata ese camino
Esparcidos veloz un remolino
Agradecen y comparten al manzano
Los rayos que visitan este llano
Revueltos en la falsedad del pino
No sé nada ni de la piedra dura
Ni de bosques o de los amplios valles
Solo sé que conozco la pavura
Del dolor: caminar entre las calles
Saberme vivo sin saber la cura
De los árboles todos sus detalles