El Loco se reconoce en El Hierofante

Inmóvil como estatua de oro

y duro cual piedra inerte

e impolutamente

permaneces sentado.

Un sol idéntico a ti,

ancestral,

alumbra a medio día,

cual aurora angelical

o diocesana a

tu ostentosa silla;

símbolo del poder

que osas presumir, misma

que descansa sobre

el escalón de la sapiencia.

En tu mano derecha

sostienes

a un hombre idéntico a mí

cubierto por el fuego purificador

y en la izquierda

sujetas

un mundo aplastado por el dogma.

Dos llamas te alumbran

y protegen.

Dos columnas te cubren

de toda profanación.

¡Oh, cuánto extraño a mi padre,

quien permitía la libre cuestión!

¡Oh, cuán bello era mi padre;

que con dulzura convidaba

a la reflexión!

Tú eres todo lo que detesto

y me da miedo ser,

aquello en lo que no quiero

convertirme:

un ser impositivo y

absolutista.

Para vencerte, debo

conocer tus cimientos

y así lograr romper

tus burdas doctrinas.

Una forma de

                         romperme

para renacer como

Ave Fénix dentro de un fuego purificador.

El Loco se reconoce en El Hierofante pertenece a una serie de ejercicios poéticos del autor, utilizando las imágenes de los 22 Arcanos Mayores del Tarot Jungiano de Robert Wang.

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