Categorías
Editorial

Furio Colombo, la redención de la escritura periodística

Abogado de profesión, periodista por vocación, articulista siempre, en una de las piezas que aparece en Últimas noticias sobre el periodismo escribió: “la escritura que importa, sobre todo para el ejercicio de la libertad, es la escritura periodística”.

Hace algunos días murió todo un personaje de la cultura en Italia: el gran periodista Furio Colombo, que recién había llegado a la edad de noventa y cuatro el primer día del año. 

La noticia de su muerte, que me la dio vía WhatsApp desde Milán mi querido amigo Adrián Rentería Díaz, me remitió a un libro de Colombo que contiene sus reflexiones acerca del oficio de su vida. Últimas noticias sobre el periodismo, publicado en español por Anagrama en 1997, reúne ensayos estupendos en los que vuelca sus pensamientos sobre el trabajo en los medios. En todos colaboró. Con el filósofo Gianni Vattimo fundó la televisión cultural de la RAI, la televisora pública italiana. En los años sesenta se encolumnó, junto a Umberto Eco, en el movimiento literario conocido como Gruppo 63 por su año de fundación. Incursionó también como guionista cinematográfico e impulsor de revistas culturales. Pero si algo atravesó toda su trayectoria fue ver su firma consuetudinariamente en las secciones de opinión en los diarios La Reppublica y L’Espresso.

Abogado de profesión, periodista por vocación, articulista siempre, en una de las piezas que aparece en Últimas noticias sobre el periodismo escribió: “la escritura que importa, sobre todo para el ejercicio de la libertad, es la escritura periodística”.

Seguramente por los muchos años que vivió en Estados Unidos, a Colombo no le gustaba el futbol. Así lo declaró a la edición turinesa del periódico Corriere della Sera. Algún defecto debía tener Don Furio. Pero no ser un tifoso di calcio no le impidió presenciar un encuentro del futbol con el poder. En su carácter de representante de la automotriz FIAT en la Unión Americana, acompañó a los jugadores de la squadra de la compañía, la Juventus, a una visita a la Casa Blanca. 

Director, entre 1991 y 1994, de la sede del Instituto Italiano de Cultura en Nueva York, a Colombo no lo imagino siguiendo a Roberto Baggio y al resto de los seleccionados azzurri durante sus partidos del Mundial estadounidense en el estadio de los Gigantes, ni frecuentando a los antiguos colonos de origen siciliano radicados por generaciones en la Gran Manzana. Colombo transcurría en otros ambientes. Dirigía la edición italiana de la New York Review of Books, bautizada como Rivista dei libri, al tiempo que dictaba cátedra en las aulas de la Universidad de Columbia.

Precisamente el que ideó y financió la creación de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, el húngaro-estadounidense Joseph Pulitzer, a propósito de la necesidad y conveniencia de acoger en el ámbito universitario la enseñanza escolarizada del periodismo, afirmó en 1904: “Antes de que este siglo (el XX) llegue a su fin, las facultades de Periodismo serán aceptadas por todos como una rama más de la educación especializada, tal y como lo son ahora las de Medicina y Derecho”. Está visto que Pulitzer no se equivocó. Esa profecía se cumplió. Y no es la única. También otra: que el “instinto periodístico”, el “olfato periodístico”, podía y debía desarrollarse “a través de la enseñanza, el ejercicio, las lecciones prácticas que ilustren lo bueno y lo malo, (…) las cosas que merecen tener éxito, no sólo las cosas que tienen una buena tirada hoy, sino las que forjan la reputación, la influencia y la confianza del público”.

Y digo que Pulitzer no se equivocó porque en Últimas noticias sobre el periodismo Furio Colombo nos lega ese compendio de lecciones prácticas al que acudir siempre. Porque de sus páginas se extraen, inagotables, ideas que operan como recordatorios, otras como consejos, otras como auténticas banderas.