Humano

Viaja a los confines de la imaginación,
donde todo puede ocurrir: atardeceres al alba, puestas de sol infinitas y un inmenso mar azul en Madrid.

Por: Raúl Fernández Molina.

Cuando el hogar se convierte en prisión
y el cuerpo no puede escapar,
el alma vuela libre
por entre los cielos de la mente.

Viaja a los confines de la imaginación
donde todo puede ocurrir:
atardeceres al alba,
puestas de sol infinitas
y un inmenso mar azul en Madrid.

Cuando todo nos sobrepase
y el tiempo sea el único
que de verdad importa,
cierra los ojos y recuerda
que viste una playa eterna
desde tu ventana.

Deja que el mecer de las olas
te acune y el olor de la sal
embriague de nuevo
ese alma.

Cuando la muerte se acerque a tu familia
y te robe sus ojos, su risa, su llanto.
Su alma.

Piensa en todo lo que viviste a su lado
porque, fruto de todo eso, eres lo que eres 
ahora. 

Porque, pase lo que pase, seguirás siendo 
irremediable y frágilmente humano.

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