¿Acaso es la correcta?
No lo sé…
¿Acaso es obra del destino?
No lo sé…
¿Acaso es la duermevela de mis noches?
No lo sé…
Pero ¿por qué no lo sé?
Es porque simplemente no lo sé, vida…
Cada día me hago el mismo cuestionario
armónico, y al final,
bebo un trago suave y dulce, como si fuera un
algodón recién salido del río.
No sé ni por qué escribo esto,
o no sé si le mandaré este
escrito con las ganas de intentarlo
una vez más en este
paraíso del pasado, presente y futuro.
¡Ah! Pero la curiosidad de ella desata pasiones en
mis conocimientos mínimos del deseo, ¿es ese
ángel de mis carencias ocultas?
No lo sé…
Lo que sí sé es que el tiempo es mi aliado
y mi respuesta, solo él sabe si mi fantasía
de que sea la aliada indicada
se puede hacer
realidad.
Yo no decido con quién pasar
momentos vehementes;
yo decido con quién pasar el resto de mis días
y hacer que esos momentos vehementes
se conviertan en el más párvulo
de mis amores.