A las mujeres, desde pequeñas les inculcan la idea de querer ser madres. La mayoría lo asume naturalmente entre juegos y roles aprendidos en casa. ¿Recuerdan los muñecos, las cunas, las carriolas, las cocinitas y toda la indumentaria que ‘las preparaba para ser mamás‘?
Para algunas, estos juegos se quedaron en la infancia; pero para muchas otras, se convirtieron en una realidad que lamentablemente llegó a temprana edad.
Antes, las mujeres no decidían si querían ser madres o no, simplemente lo eran; por falta de educación sexual, por imitación, por presión familiar y por otros factores sociales que fomentaban ideas estereotipadas sobre la maternidad.
“Ser mamá es lo mejor que te puede pasar”, “¿Y los bebés para cuándo?”, “Se te está pasando el tiempo”, “Nunca serás una mujer completa”, “¿Quién te va a cuidar cuando seas anciana?”, “¡Yo decía lo mismo y mira!”; ideologías que no han cambiado mucho con el tiempo.
Actualmente, México ocupa el primer lugar a nivel mundial en embarazos de adolescentes. Millones de jóvenes entre los 14 y los 19 años se ponen en riesgo diariamente por embarazos no planeados, que en su mayoría terminan en abortos clandestinos y espontáneos.
Ser madre debe ser una decisión pensada y consciente; no una consecuencia de la desinformación, el cliché, los anhelos infantiles y el señalamiento social.
El embarazo es un proceso mental y fisiológico mucho más complejo que lo que cualquier mamá podría describir. Y es importante reconocer y aceptar que no todas queremos ser madres o tenemos las condiciones físicas, emocionales o económicas para serlo.
Al final, la educación es el mejor anticonceptivo para combatir los embarazos no deseados y concienciar sobre las ventajas y desventajas de la maternidad, porque ‘Ser Madre’ es mucho más que un sueño…