Esta es una obra cinematográfica que combina actuaciones brillantes, una dirección audaz y una narrativa profundamente humana y la dirección del rebelde y ácido Richard Brooks elevan la película a un estatus casi mítico.

Esta es una obra cinematográfica que combina actuaciones brillantes, una dirección audaz y una narrativa profundamente humana y la dirección del rebelde y ácido Richard Brooks elevan la película a un estatus casi mítico.
Este es un Almodóvar que se ve más preocupado por agradar que por inquietar, más interesado en la corrección política que en la subversión, y mucho más preocupado por la imagen y el estilo que por la profundidad y la sustancia.
La adaptación de la novela homónima de Burroughs es un ejercicio de estilo que, aunque visualmente deslumbrante, carece de la chispa emocional necesaria para conectar con su audiencia.
Marisa Paredes nos dejó con un legado inmenso, y Leo Macías es uno de sus regalos más preciosos. Una mujer rota y resiliente, una escritora que se salva a sí misma a través de la ficción. Y así todo, La flor de mi secreto es, para muchos, la feel-good movie más extravagante del mundo.
Civil War no es solo una película de guerra, sino un ensayo visual sobre la erosión de la esperanza y la conexión humana. Al entrelazar los arquetipos de El Mago de Oz con su narración moderna, Garland demuestra cómo incluso las historias más familiares pueden reinterpretarse como advertencias.
The Driver’s Seat es una exquisita y perturbadora exploración de la acción humana y la mortalidad que resuena con estruendo todavía cinco décadas después de su estreno.
Lo que hace que Minnie Castevet también sea un ícono del camp es su extraordinaria mezcla de lo absurdo y lo sublime. Susan Sontag, en su famoso ensayo sobre el camp, afirma que “esta es una manera de ver las cosas en sus aspectos más grotescos, cómicos y fascinantes”.
A través de su tratamiento desapasionado, la película no juzga ni demoniza, sino que expone con crueldad la forma en que el poder puede corromper a alguien que, al principio, no tenía la mínima idea de lo que estaba haciendo.
Birth no es una película de terror sobrenatural, aunque juega con los tropos del género. Es un melodrama sofisticado que explora los misterios del amor, el duelo y la obsesión.
Cuando mi abuelo murió yo tenía siete años. Esa fotografía de Miss de Havilland con sombrero pirata, es un símbolo de la pasión que compartimos por el cine. Fue su afición lo que despertó mi propia vocación como crítico, y hoy puedo decir que mi amor por las películas, por esa magia que se crea en la pantalla, nació gracias a él.
Dylan y Brenda, Luke y Shannen, habían sido parte de nuestra adolescencia, símbolos de una era de la televisión que ya no existe y ellos representaron a una generación que vio en ellos la personificación de sus sueños, amores y dolores, y que, al verlos desaparecer, se dio cuenta de que el tiempo, como el amor, también es algo finito.
Su mezcla de fantasía, humor y comentario social la ha convertido en un clásico intemporal, y su legado sigue vivo en cada repetición, en cada homenaje, y en cada espectador que, como muchos, sigue maravillándose con la magia irresistible de Samantha Stephens.
Demi Moore demuestra por qué fue una de las actrices más icónicas de su generación: hace con valentía y sin pudor alguno, una exploración profunda de la desesperación y la vulnerabilidad, y su capacidad para navegar las complejidades emocionales del personaje es digna de elogio.
Mientras la cinta de 1968 lograba crear una atmósfera de paranoia y terror latente en cada escena, aquí la tensión, pese a la plétora de alusiones visuales y sonoras a la cinta original, nunca alcanza un punto álgido.
Phillips se autodenomina anti-woke y pretende desafiar las convenciones de Hollywood con una película “irreverente”. Sin embargo, esa irreverencia se siente más como un disfraz barato para una visión profundamente conservadora y misógina del mundo.
Dimensión Desconocida sigue siendo una obra maestra inmortal en la televisión, no solo por sus guiones brillantes y sus giros inesperados, sino por el impacto duradero que ha tenido en la cultura popular.
La forma en que su carrera evolucionó es digna de admiración. Aunque muchos la asociarán siempre con su papel como la formidable profesora McGonagall en la saga Potter, no debemos olvidar su impresionante trayectoria antes y después de esa saga.
A través de su estilo crudo, su atmósfera sofocante y la presentación de personajes icónicos, la cinta dejó una huella indeleble en la cultura popular y abrió la puerta a nuevos análisis desde el prisma feminista y crítico.
¿Hay filosofía y arte en Longlegs? Claro. Y también hay sustos y agobios (especialmente si se escucha bien y el diseño sonoro es clave). Hay algunas risas genuinas (ninguna relacionada a Cage, hay que decirlo) y hasta desconcertantes atisbos de ternura.
El coahuilense Daniel Herrera pasa de largo por las cortesías de rigor y no se anda por las ramas: simplemente se dedica a abofetear al lector con toda la sutileza de una anaconda ante un corderito en los confines del Bayou del Diablo.