De la humedad surgen
sonidos de raíces selváticas,
sin querer,
guían caminos y elevan ofrendas.
Sonidos que se vuelven
ofrendas,
que se vuelven amor,
porque así es acá,
se carga con amuletos de palo
embellecidos con verde y amarillo.
Calor, tambor y plátanos maduros,
no hay mucho más
entre las aguas turquesa,
quizás ahí, escondidos, están los secretos del tiempo.