Días enteros he pasado cuestionando
el motivo por el que existes tú,
aún no comprendo
por qué se pudiera condenar
a lo efímero, a ratos de luz,
a paraísos finitos.
No entiendo por qué soy,
para dejar de ser,
no entiendo las vueltas
ni los compases,
ni luces, ni sombras,
ni iconos, ni altares;
para alivio de mi alma, puedo negarte,
a ti, a mí y a todo lo demás.