Foto: Diana Lerendidi.

El beso

Por A.J.G.G.

Entonces abrí el alma
cerrando los ojos
Enmudecí mis pensamientos 
y grité desde
la profundidad 
de mi corazón

Me arrebataste 
en una tremenda paz 
nada premeditada

Me sumergí entre colores
mientras el mundo se detuvo
colores que eran traducidos en sensaciones fantásticas
jamás consumidas en mí

Llenaste de luz mis pupilas,
humedeciste mis labios,
controlaste mi tiempo
generando una eternidad 
en un solo segundo,

y lograste,
que me encontrara 
con mi verdadero yo

Retumbo 
hasta el último de mis huesos, 
renació entre cenizas
la poesía materializada, 
viajó libre el viento
y se magnificaron 
todas las cosas 
aunque no fueran
diminutas

Se enraizó a mi pecho tu nombre
se engrandeció mi valentía al ser

Vencidos mis temores
por tu dulzura sincera,
el agua salada ofrecía 
satisfacción a la sed 
del más desolado naufrago

Se apoderó de mi la locura
que ataba mis más puros deseos
Se desató así el aroma desconocido
del perfume a café de tu iris

Y el infierno se nublo,
el cielo ardió,
el gris se coloreó,
el color encandeció

Así fue el instante imborrable, 
cuando tus labios derramaron 
su anhelado sabor a tranquilidad 
en mi ser

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