El libro y la imprenta

Los romanos utilizaban la arcilla para hacer las primeras inscripciones; China diseñó el primer sistema de imprenta, utilizando papel de arroz.

A todos nos encanta el olor de los libros; ese característico de años, de sabiduría y emoción por descubrir qué tiene para enseñarnos…

Entre el 403 a.C. y 440 a.C. los romanos ya utilizaban la arcilla para hacer las primeras inscripciones, para el 1041-1048, Bí Sheng, en China, diseñó el primer sistema de imprenta, utilizando papel de arroz, donde se tallaban caracteres chinos sueltos sobre porcelana.

Sin embargo, sería hasta 1440 cuando un orfebre, Johannes Gutenberg, haría una apuesta en su empresa de grabados de madera; sería capaz de realizar una copia de la Biblia en menos tiempo del que normalmente se tardaban los monjes copistas (aquellos que se dedicaban a copiar los libros más relevantes).

Así, nació un sistema de tipos móviles, cada una de las letras del abecedario estaban hechas de plomo, antimonio y estaño. Utilísimos pues, cada vez que había un error, se podía corregir el caracter erróneo, y no todo el tiraje.

En 1539, año señalado oficialmente, llega a México la primera imprenta de América. Estaba a cargo de Juan Pablos, tras firmar  con Juan Cromberger, el 12 de junio del mismo año, en el cual se establecen las condiciones laborales en los términos y usos previos, por un período de diez años.

De forma que, ciudades como Oaxaca y Puebla, sostuvieron el peso de una novedosa forma de llevar el conocimiento a decenas de personas. La gran Angelópolis tiene un recinto en especial que es maravilloso. En 1646 el obispo de Puebla, Juan Palafox y Mendoza, pensando en hacerle un regalo no sólo al clero sino a los ciudadanos poblanos, donó 5,000 libros de su biblioteca personal bajo la consigna de que todo aquél dispuesto a leerlos tendría libre acceso.

Fue así que, en 1773, se estableció la Biblioteca Palafoxiana, con una nave principal de 43 metros de longitud, para que los ciudadanos tuvieran acceso libre. El acervo fue creciendo conforme las donaciones de otros estudiosos iban sucediendo. Hoy en día cuenta con 45,059 volúmenes que datan de los siglos XV al XX, un acervo importantísimo y rico también en folletos y pliegos sueltos: imprescindibles para estudiar la historia de México y Universal. Es una de las primeras bibliotecas de América Latina, en 1981 fue declarada Monumento Histórico Nacional y en 2005 la UNESCO la reconoció con el título de Memoria del Mundo. La película de animación mexicana, La leyenda de la Nahuala también le rindió honores al representarla en la película. 

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