Fakes, deepfakes y otros nuevos enemigos

Los medios no sólo deben ofrecer contenido de calidad, sino verificar y desmentir noticias.

Por: Alba Otero.

El 3 de noviembre de 2020 se llevarán a cabo, no exentas de polémicas, las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Sin embargo, el tema que ocupa este artículo es acerca de una gran preocupación que surgirá estos meses de campaña, y no tanto por los candidatos (Joe Biden por el bando demócrata y Donald Trump, otra vez, por los republicanos) per se, sino por las conocidas fakes, concretamente, las deepfakes

A principios de año, Facebook, antes que cualquier otra red social, propuso eliminar las deepfakes, exceptuando los vídeos de contenido satírico. Esta iniciativa se pondrá en marcha para frenar la desinformación, pues no quieren que vuelva a repetirse lo de las anteriores elecciones en 2016.

Para ello, el equipo de Mark Zuckerberg ha creado Deep Fake Detection Challenge, un nuevo programa que utiliza Inteligencia Artificial (IA) para identificar vídeos que han sido manipulados con el fin de perjudicar. En sus primeros resultados y, los más recientes de los que se tiene constancia, el mejor algoritmo presenta un 65 por ciento de precisión. No obstante, actualmente están probando una precisión del 82,56 por ciento, pero esta medida es para las tareas de visión por ordenadores, es decir, sin contar con los 2.000 participantes que llevan desde septiembre de 2019 colaborando.

En el estudio los integrantes deben visualizar los más de 100.000 vídeos creados por Facebook, donde aparecen actores y actrices contratados, para que los modelos de Inteligencia Artificial desarrollados aprendan a identificar los vídeos falsos. 

El origen de las Deepfakes

Este metraje de tan solo un minuto en Youtube es una muestra de cómo un vídeo manipulado o deepfake puede ser totalmente perjudicial para desacreditar a una persona, colectivo o entidad pública y privada. En este caso el perjudicado es el expresidente de los Estados Unidos, Barack Obama. El vídeo, publicado en abril 2018, se puede observar como Obama insulta al actual Presidente, Donald Trump, entre otras cosas. En realidad, esta grabación es un montaje realizado por Jordan Peele, en el que advierte de los peligros de las Fake news y la Inteligencia Artificial. Sin embargo, esta no es la primera deepfake pues en la pornografía han robado y expuestos rostros de una gran cantidad de famosos y famosas de diferente índole, desde la política hasta el mundo del espectáculo. 

Para conocer más acerca de su origen la palabra “Deepfake” proviene de “Deep Learning”, traducido como aprendizaje exhaustivo o profundo, perteneciente a la Inteligencia Artificial. En concreto, se utiliza con el fin de crear contenido falso y perjudicial. Cabe destacar que el vídeo a veces no necesita ser de calidad e incluso no tiene que venir de un portal de noticias, las personas pueden creérselo porque como atestigua la investigadora Christye Sisson en Reuters: “Los sociólogos y los psicólogos sociales han demostrado en exploraciones más académicas: si la imagen o la manipulación respaldan lo que alguien ya cree, a menudo lo aceptan sin cuestionamientos”. 

A parte de esa razón, la facilidad de engañar al ojo humano con las deepfakes es a través de la tecnología conocida como GAN (Generative Adversarial Networks), que es relativamente joven pues se desarrolló hace seis años. Este programa son arquitecturas algorítmicas que usan dos redes neuronales, enfrentando una contra la otra para generar nuevos datos. El problema de esta herramienta es su uso indebido porque pueden imitar cualquier distribución de datos y es muy difícil diferenciar la verdadera de la falsa.  

En otro orden de cosas, se están dando las cheapfakes o shallowfakes, es decir, falsificaciones superficiales. Un nuevo término para designar aquellas manipulaciones que ya se hacían en el pasado. Estas suelen ser simples, fáciles, baratas y efectivas, por lo que se convierte en una amenaza para la información. Un ejemplo reciente y bastante esclarecedor es el vídeo de la Presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, el cual se ralentizó para que pareciera ebria. 

Por lo que volviendo a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Facebook no permitirá las deepfakes porque como afirmaron a Reuters a principios de año, son vídeos generados por Inteligencia Artificial; empero, los metrajes como el de la Presidenta Pelosi no cumple, según ellos, con los estándares de la política de las deepfakes y no lo eliminarán. No obstante, redujeron su distribución y avisaron de su falsedad cuando el vídeo fue verificado por terceros.  

Finalmente, el problema de las deepfakes se une a los conocidos bulos y seguirán creciendo conforme vaya aumentando la Inteligencia Artificial, como dice el refrán: “Quien hizo la ley hizo la trampa”, y siempre se buscaran nuevas formas para perjudicar y manipular. Por lo que el trabajo de los medios de comunicación está en, por un lado, dar un contenido de calidad y, por otro lado, verificar y desmentir noticias. Este enemigo ha llegado para quedarse.  

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