La ciencia de las constelaciones

Mirar al pasado es un viaje a través del puente de Einstein-Rosen. Es decir, una puntualización elemental donde el tiempo tiene otra textura, otro matiz. 

Por eso, leer a Federico Boido posee una cualidad distinta. En primer lugar, porque sus palabras suelen convertirse, a momentos, en un análisis casi topológico de la memoria. Y, en una segunda instancia, porque al mismo tiempo que realiza dicha función crítica, también retrata toda una época. Aquí Lukács sonríe, por fin hemos llegado a la expresión de un episodio histórico determinado, por medio de los retratos que aparecen a lo largo del libro Para no olvidar sus constelaciones, editado por Agua viva en Argentina.

Allí, donde la crónica comienza y un recuerdo termina. Justo en el instante en que lo posible tiene un perfume mágico. En otras palabras, la sucesión simbólica que va desde la Unión Soviética, pasando por Ho Chi Minh y llegando hasta Cuba, es un conjunto de partículas esenciales que componen la historia de Boido y, al mismo tiempo, la historia de toda una generación latinoamericana. De ahí que estas dimensiones formen también, a su manera, un Triángulo de Penrose anclado en la nostalgia.

A partir de aquí salimos de los espacios euclidianos para encontrarnos en un territorio liberado, donde una fotografía anuncia un texto y viceversa. Por lo mismo, me parece necesario mencionar que cuando comencé a leer a Boido, también empecé a leer mi propia historia. Una historia cargada de añoranzas y revoluciones.

Sin duda, más allá de las paradojas temporales y lo que estas nos despiertan, hay en cada texto una ventana, una puerta. Donde mi propia vida y la de todas aquellas personas que crecieron dentro de una familia de izquierda, cuidadosamente convergen. 

Y es en esta convergencia que nos brinda Federico Boido, donde la esperanza se codifica en la resistencia. Anunciando que la derrota es solamente el preludio de la victoria. Mañana, la noche se alumbrará con la explosión de poemas como “El peso de los recuerdos”, los cuales quizás se escribieron desde otro tiempo, pero ahora se encuentran repletos de futuro. 

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