La leyenda de don Antonio Carbajal

Recientemente las nuevas generaciones se asombraron porque Lionel Messi y Cristiano Ronaldo jugaron su quinto Mundial, pero el primer Cinco Copas fue un mexicano: don Antonio Carbajal, fallecido este martes 9 de mayo de 2023 a la edad de 93 años.  

La última vez que vi a don Antonio Carbajal fue un sábado caluroso de abril o mayo de 2010. Aquel día hice un viaje relámpago a León, Guanajuato, para hacerle una entrevista para mi querida Futbol Total. Cordial y amistoso como era, don Antonio me recibió en su popular vidriería de la Plaza San Juan de Dios, negocio que abrió cuando apenas comenzaban los años 50 porque en ese entonces “no pagaban como para vivir del futbol”. 

Al entrar a la vidriería llamó mi atención un póster gigante de José Alfredo Jiménez, su entrañable amigo en la vida y gran rival en el futbol -compitieron por ser el portero titular del Oviedo-.  

En el lugar, los trabajadores se alegraban la jornada escuchando ‘Comes y te vas’, un son inspirado por el desafortunado trato que Vicente Fox le dio al líder cubano Fidel Castro en una cumbre celebrada en México en 2002. ¡Qué risa le daba a don Antonio el disparate del expresidente mexicano! 

Sentado detrás de su escritorio -tras él sus libros de Luis Spota, Mario Vargas Llosa y el mafioso Vincent Teresa, entre otros autores- don Antonio me habló de su infancia en la colonia San Rafael de la Ciudad de México donde le robaron un patín del diablo el mismo día que se lo trajeron los Reyes Magos. 

De esos primeros años me contó el origen del apodo que lo acompañó casi toda su vida: la ‘Tota’. Se lo puso su amigo el ‘Cantinflas’, pero no Mario Moreno sino un cuate de nombre Mario Sánchez: “Teníamos cuatro o cinco años y no podíamos hablar bien; de Toño pasó a decirme Toto, luego Tota y se me quedó”.  

Igual recordó cuando con José Alfredo Jiménez jugaban futbol en la Alameda Central. Ya convertido en afamado compositor, cuando terminaban las caravanas de artistas de la época, el autor de ‘El rey’ se hospedaba en la casa de Antonio en León. Ahí compuso Paloma querida.  

Si se preguntan cómo era su estilo como portero, él mismo me lo dijo en aquella charla: “Nunca fui portero volador, fui más bien de colocación y de ubicación a mis jugadores, un líder ahí abajo”. 

Claro que también me habló de sus cinco Mundiales: recordó el primer partido cuando recibió cuatro goles de Brasil en 1950 en el colosal estadio Maracaná y también que tuvo un honorable adiós sin gol en contra ante Uruguay en Inglaterra 1966 en la mítica cancha de Wembley. 

Descanse en paz el legendario portero mexicano.

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