Mi querida Roja

Haces a las mujeres cíclicas, cambiantes y hermosas. Lucharé contigo para que no te quiten ese poder.

Por: Aliena Díaz

Mi querida Roja:

Todavía recuerdo el día que viniste a visitarme por primera vez. Me quedaban pocos días para cumplir catorce primaveras, pero no creas que me sorprendiste; te esperaba, ya sabía porqué venías y tenía muy claro para qué.

Lo que ignoraba es cómo me ibas a hacer sentir. Había escuchado muchas historias y me intrigaba la que me tocaría vivir a mí. He de reconocer que conmigo te has portado bien, y sé que no siempre es así. Tienes muy mala fama o sólo te critican las que sufren.

A pesar de ser la molesta visita de todos los meses, has sabido respetar mis rutinas y no me has impedido seguir con mi vida, y eso es de agradecer.

Es curioso cómo un acontecimiento como tú, con tus idas y venidas, pueda ser tan odiado y tan celebrado, durante la vida de una mujer.

Recuerdo cuando contaba las horas, esperándote, para que limpiaras mi conciencia durante los años de mis primeras relaciones, y también recuerdo cómo te odiaba cuando venías en la época en la que quería ser madre.

En fin, que eras como la amiga “ni contigo ni sin ti” que casi todas tenemos.

Siento mucho los duros momentos que has sufrido a lo largo de la historia, empatizo con tu dolor cuando escuchabas los disparates que se dijeron de ti, como cuando los griegos clásicos te tacharon de desecho de fluidos femeninos superfluos; o los romanos imperiales dijeron que eras una enfermedad capaz de convertir el vino en vinagre.

En fin, ahora ya sabes que fue la ignorancia absoluta de la humanidad la que te convirtió en tabú, y te unió para siempre con la enquistada creencia de la inferioridad de la mujer.

Querida amiga: dentro de unos pocos años llegará el momento de despedirte para siempre.

Por eso, quiero que sepas que simbolizas y enardeces el significado de ser mujer y que tu visita mensual me recuerda lo orgullosa que estoy de serlo.

Sabes que formas parte del ciclo de la creación de vida. Es por ello que me encantaría que en un futuro te quitaran los estigmas, la tasa rosa y la vergüenza de tenerte, en vez de atacarte con píldoras que te hacen desparecer durante meses.

Mi querida Roja: haces a las mujeres cíclicas, cambiantes y hermosas. Lucharé contigo para que no te quiten ese poder.

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