Tristeza tropical 

Tras las terribles torres 
te encuentro,
tomando el té aún turbio 
del trasnochador. 

Tú, con la eterna templanza 
de un templo 
derruido por el temblor,
tintado por el calor. 

Tumultuoso entre la tormenta 
y tendido ante el timón,
entras por la terraza,
interrumpiendo la televisión. 

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