«Para abordar la escritura hay que ser más fuerte que uno mismo, hay que ser más fuerte de lo que se escribe», dijo una vez en su libro Escribir, Marguerite Duras. Sin embargo, nos preguntamos: ¿Qué es escribir? Tomar una nota y bolígrafo, podríamos pensar de una forma más romántica y –gracias– que hoy cualquiera puede hacerlo. No obstante, queremos ir más allá de la definición simplista, es decir, reflexionar sobre nuestros actos y recorrer nuestro «yo» interior a lo largo de los años. No es una tarea sencilla.
Alfonso Vila Francés es un tipo valiente y plasmar su realidad no es un ejercicio para cualquiera. En su nuevo libro Vida de parado, nos invita a ser su compañero de esta aventura, fundiéndolo con imágenes cotidianas: «Las fotos me tienen que ayudar a contar esta historia, una historia que no puedo cimentar sólo con palabras».
Gracias a este camino que arranca con su característico estilo directo: «Hace diez años yo era un imbécil. Y ahora lo sigo siendo». Nos convertimos en meros observadores desde el sidecar narrativo. Nos cuenta sus confesiones más íntimas, indaga en sus recovecos y termina mostrándose totalmente desnudo ante una sociedad que no le echo una manta encima. La injusticia y la rabia se entremezclan dando lugar a la exposición de la culpabilidad. Palabra tabú en nuestra sociedad, pues la vida no nos lo enseña.
«Escribir pese a todo, pese a la desesperación», sigo mencionando a Duras, porque ahí el escritor valenciano expresa desde todas las fases unidas su experiencia. Aunque me gustaría añadir: « ¿Por qué escribimos? o ¿para qué escribimos?», mientras el primero nos invita al ejercicio de repensar. Por contraparte, la otra pregunta nos induce a ponernos en movimiento. Ese impulso que ha ayudado a Alfonso Vila a plasmar su realidad a través de la peor droga que existe en sus propias palabras. El fustigarse del que hablaba Truman Capote. Empero es el único remedio para la vida.
Este diario fotográfico supone ese ejercicio catártico difícil de hacer a uno mismo, pero tan necesario para saber que a veces hay que parar y esperar que solo sea por un rato.
Sinopsis del libro
«Hace diez años yo era un imbécil. Y ahora lo sigo siendo. La única diferencia es que hace diez años yo era un imbécil que cobraba dos mil euros al mes y ahora soy un imbécil que cobra cuatrocientos veintiséis euros al mes, y aún tengo que dar las gracias a papá Estado por una ayuda para que ni yo ni mis hijos muramos de hambre.
Esto va a ser difícil. Para empezar, va a ser difícil que no parezca que estoy culpando a los demás de mis desgracias. Y va a ser difícil que no parezca que escribo esto para buscar excusas, para evitar mi responsabilidad en todo lo que me ha sucedido. O que escribo esto para dar una versión más suave de la historia. En la que yo no quedo como el imbécil integral que sé que soy. En realidad no sé bien por qué escribo esto. Sólo sé que tengo que escribirlo».
Vida de parado son las memorias del escritor y fotógrafo Alfonso Vila, a raíz de la crisis económica del 2008. Con una prosa directa y sin concesiones al lector, el autor, refleja a la perfección esa rabia que genera la injusticia y esa sensación tan lúgubre de percibir que a todo el mundo le importan una mierda tus sufrimientos.
Vida de parado narra la caída a los infiernos del padre primerizo, poeta e imbécil que descubre la insoportable levedad del parado.