Alas, para qué las quiero, si tengo Face para enamorar

No sé por qué no regresamos a lo de antes, a las caricias y a los besos en vivo, y no por fríos emojis de Whatsapp.

No, no vendo biblias ni tampoco te diré cómo ganar dinero fácil, a través de redes sociales.

Primero, déjame presentarme: mi nombre es Cupido y vengo a contarte, efectivamente, una triste historia. Espero que mi carta genere conciencia en esa cabecita que me anda leyendo. Te hablaré primero de mi precaria situación. Sí, ando quebrado, contando moneditas para comer, y es que últimamente no hay chamba. De 21 flechados sólo 2 han llegado al altar, 8 se han comido la torta antes del recreo, y a 11 los han dejado en visto.

Es que esto del amor hoy en día ya no es negocio. Mi trabajo está en peligro de extinción. Con eso de que los jóvenes “están quedando”,  que son “amigovios”, o que tienen un “free”, no se puede. Es que muchos creen que están en la edad de merecer, pero no, son más las ganas que tienen que lo que merecen. No entienden que yo cobro por el famoso “Sí, acepto”, no por el “Quisiera ser Tarzán, para ir de rama en rama hasta llegar a tu cama”… ¡Qué horror!

Antes, el amor era tan romántico. Aún recuerdo el día que fleché a Romeo y Julieta; cuántas cartas no se enviaron ese par de loquillos.

O las miles de flores que Enrique Octavo le regaló a Ana Bolena (hasta la hizo alérgica); o cuando contrajeron nupcias Yoko Ono y John Lennon, a pesar del coraje de Paul McCartney. ¡Qué tiempos tan gloriosos aquellos!

Hoy en día, encontrar el amor es tan difícil como encontrar una wifi sin contraseña. Y ya que tocamos estos temas digitales, debo reconocer que mi mayor competencia son las redes sociales. En esas, los chavos se conocen, se cortejan, se enamoran, se enojan, casi casi hasta se reproducen y truenan, aunque nunca se vean la face, más que por el Face.

Yo me estoy tratando de actualizar, de ponerme en onda; hasta cambié mi look de antes, para verme “hipster”. Me compré lentes, botas café y una playera de cuadros, aunque debo de reconocer que el pañalito era más cómodo para ir al baño.

El lado bueno de esto es que a mi compadre San Antonio, lo dejaron descansar, de tanto ponerlo de cabeza siempre andaba borrachito. Ahora todos le rezan a San Tinder, que es bien seguro; ahí te encuentras desde el capricornio, amante del café y las charlas en la playa, hasta el tatuado, amante de los animales que “busca amistades nuevas”.

Aunque hay algo más peligroso que el mundo digital, y eso es… darle like a una foto de alguien que no sea tu pareja. Eso pone en riesgo tu integridad física y emocional.

Me he dado cuenta que hay problemas cuando la pareja pregunta, como si le estuviera dando una hipoxia -“¿Por qué le diste like a la foto de esa tipeja?”, a lo que él responde para defenderse -“No es eso, mira es una foto bonita de un lindo gatito”; y a ella casi se le voltea la cabeza como al exorcista. – “No me importa eh, bien se ve que es una gata, y no lo digo por el pobre animalito, eh, y encima le pusiste ‘LOL’, desgraciado”.

Cómo recuerdo que antes, los novios sólo se tomaban diez fotos en todo el noviazgo, pero eso sí, bien juntitos, bien agarraditos. Ahora se toman 100 selfies, pero cada uno por su lado, otras 100 de los lugares que visitan y 100 más de la comida;… ¿De la comida?

Sí, le toman foto a la comida, en lugar de darse besitos y caricias; no, le toman fotos a la comida.

Y en ese Facebook todo es mentira, nadie es feo, todos son guapos y felices. Ahí, si a un chavo le gusta alguien la agrega y por inbox le manda un “Holi”, y si no contesta rápido la eliminan. Y qué decir de las chavas, se toman fotos como si las fuera a ver Harry Styles o Justin Bieber, pero no, las terminan viendo el “Patotas”, el “Trompas” o el “Chicarcas”.

Con esto, parece que las redes sociales se inventaron para acercarnos a los que están lejos, pero nos alejan de los que están cerca. No sé por qué no regresamos a lo de antes, a las caricias y a los besos en vivo, y no por fríos emojis de Whatsapp; por qué no volvemos a las cartas perfumadas y dejamos de lado los insensibles inbox.

Me gustaría ver a todos como antes, mirándose a los ojos, y no a través del celular; me emocionaría que sintieran el pulso de sus corazones, cuando se toman de las manos sudorosas por los nervios de estar con la otra persona

Espero que aún haya valientes que luchen contra las mariposas en su estómago, para decir un verdadero: TE AMO. De verdad que lo necesito, porque si no voy a terminar de “RP” de algún antro…

Los tengo que dejar. En este momento me está marcando el Santo Patrón. Mejor dejo de escribir, que si no me va a regañar por andar perdiendo el tiempo; si bien dicen que “no sólo de amor vive el hombre“, así que espero seguir flechando muchas parejitas.

La esperanza en un mundo mejor y mi bolsillo lo agradecerán.

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