Miguel Hernández
El hombre que temía a las nubes
Vi en el horizonte una montaña que jamás había visto, su cúspide se perdía entre las nubes, y a cada voz del canto, se acercaba más y más, hasta cubrir mi vista.
Ningún lugar
Llevaba un vestido carmesí de gran escote en la espalda, su andar era ligero, suave, encantador.