Babosada y media sobre cine (II)

Este proyecto es reflexión, tras reflexión, tras reflexión, algo raro en los sistemas de entretenimiento hoy en día.

No traeré necesariamente a la palestra obras nuevas cada semana, pero esta vez se confabularon los astros para mostrarme tres proyectos de Netflix lanzados hace poco tiempo. Martin Scorsese, Nicholas Cage y Juanse protagonizan tres productos que, pienso, no tienen desperdicio. Sobre todo el primero.

  1. Pretend It’s A City (Martin Scorsese, 2021)

Estamos en las primeras semanas de enero, pero algo muy extraño tendría que suceder para que este proyecto no esté, a finales de año, encabezando las listas de lo mejor en televisión. Desde el nombre la premisa es brillante: hagamos de cuenta que Nueva York es una ciudad. Nueva York es muchas cosas, entre ellas (quizá como último apartado), en efecto, una ciudad. Martin Scorsese es, en mi opinión, el mejor y más importante director de cine en la historia de Hollywood -podría ocupar un apartado sin ocupar necesariamente el otro, pero su grandeza estriba en ser precisamente ambas cosas-, y sin embargo aquí se aleja del reflector para darle todo el escenario a Fran Lebowitz, escritora y humorista -la carcajada de Scorsese nos acompaña a lo largo de los siete capítulos y es padrísima. Lebowitz es brillante. Este proyecto es reflexión, tras reflexión, tras reflexión, algo raro en los sistemas de entretenimiento hoy en día. Podría uno escuchar a Lebowitz por horas. Creo que este producto es una especie de documento de consulta: me veo volviendo a él muchas veces, a algún capítulo específico, a recordar qué dijo sobre la vida sana, los deportes, el sistema de transporte, Charles Mingus o los libros -el capítulo final, el mejor de todos. No quiero que se me olvide nada de lo que dijo Lebowitz. Puede verse en Netflix.

  1. The History of Swear Words (D’Elia, 2021)

Miniserie, también: seis capítulos. El objetivo del programa es mostrar la historia de las malas palabras –fuck / shit / bitch / dick / pussy / damn, y cómo han evolucionado a lo largo del tiempo. Es un producto que no se mide al proferir groserías cuando Netflix ha sido, al menos discursivamente, la plataforma por streaming más cuidadosa en manejar una línea conservadora -véase el papelón que hicieron al censurar un episodio de Community. El esfuerzo está bastante bien. Creo que el mayor activo de The History of Swear Words radica en la idea del lenguaje como materia capaz de cambiar y evolucionar: un debate que resulta pertinente más allá de estar a favor o en contra de su vertiente inclusiva -véase el capítulo sobre bitch: una palabra que nace como desmedido insulto deviene en adjetivo capaz de empoderar, dependiendo de su contexto. ¿Qué sentido tiene ver al lenguaje como un conglomerado de reglas definidas e indiscutibles? ¿No estamos en este mundo para intervenirlo y alterarlo? Nicholas Cage, dicho sea de paso, tiene un carisma que llena por completo la pantalla. Puede verse en Netflix.

  1. Rocanrol Cowboys (Alejandro Ruax, Ramiro Martínez, 2019)

Fue concebida en 2019 y relanzada ahora, intuyo que como coletazo o epílogo a la fiebre desatada por Rompan Todo. Es evidente que los Ratones Paranoicos son -en perspectiva, cuando menos- una banda menor en Argentina -de culto, quizá, pero contemporánea a Virus y Soda Stereo, y alejada del mito que se cierne sobre ambas. Su gran logro -y, a su vez, leit motiv del documental- es haberle abierto a los Rolling Stones en el Monumental de River cuando cerraban la gira Voodoo Lounge, algo conseguido a partir de haber trabajado con el mítico mánager de los Stones, Andrew Loog Oldham, y haberle gustado a Keith Richards y Mick Taylor -poca cosa, ¿no?-. En ese sentido, creo que el documental es pertinente: los Stones bien podrían ser verdaderos protagonistas del proyecto a partir de su concepto; cuando uno habla de rock es imposible no ubicarlos como la banda más grande de todos los tiempos (no necesariamente por calidad musical, sino por grandeza, mito, imagen…). Los Ratones Paranoicos, rock puro de los ochenta, se convierten en una de tantas bandas cuyo objetivo es, nunca mejor dicho, seguir la estela. Juanse, líder de los Ratones, una banda que terminó pronto y no necesariamente nadó en el éxito, termina convirtiéndose al catolicismo radical. Podría ser una buena biopic. Las cosas no siempre salen bien. Puede verse en Netflix.

Babosada y media sobre cine (I)

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