El hombre que llora

Si se te brotan, desesperadas, lágrimas reclusas.

Me gusta cuando lloras 
Cuando tu heroísmo está ausente 
Y hace ‹¡crac!› tu imperio de lógica 
Cuando tu complejo de sostén 
Ya no se sostiene 
Y la afectividad, años en stand-by 
No se puede contener 
Si se te brotan, desesperadas,
lágrimas reclusas 
Cuyas raíces mueven los hilos 
Que a mí me atan 
Y a ti, firme, te sujetan 
Me gusta cuando lloras 
Cuando el miedo te paraliza 
Porque entonces yo te ayudo 
A quererme sin prisa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *