Escupitajo en el espejo

Cuarto oscuro, apremio de soledad, ausencia de luces y certezas: un refugio de realidad.

Es un lunes
o
martes, pero
qué más me da el día
o la hora, 
en los momentos púrpura de las noches donde nada brilla.

Luego, dijimos, hay que guardar
silencio y
desnudarnos pronto 
sin encender las luces.

Cuarto oscuro,
apremio de soledad,
ausencia de luces y 
certezas:
un refugio de realidad.

Y qué hago yo con esto, grité luego 
del esperpento
de falso anhelo,
y sosteniendo al tiempo
un bulto entre 
las manos.

Acomódala donde te plazca o
tíralo por desagüe o
hazlo mierda si eso te viene a bien, 
espetó la sombra.

Y desde entonces vengo
cargando aquello entre
las manos:

enfermedad incipiente 
amor acabado
de cuarto oscuro:

ese bulto
ese espejo sucio.

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