Tengo 14 años y no es una buena noticia, de Jo Witek
Me querían invisible, así que me convertí en lluvia. Pero la lluvia no es transparente.
Me querían invisible, así que me convertí en lluvia. Pero la lluvia no es transparente.
Quién sabe si en la oscuridad el ave note las cicatrices del suelo donde los
–Che, Antonio, ¿es kuimba’e ha kuña tu dios?–¿Qué es eso, Mitakuña?–Hombre y mujer. Como vos,
Son los tiempos revueltos y relativos los que me llevan a esta titulación. Un desafío,
Al escribir se estrecha el camino entre dignificar un modo de vida considerado inferior y
El tiempo dejó de ser una insensible sucesión de días que había que llenar con
La infancia no acaba de una vez, como nosotros queríamos cuando éramos niños. Sigue ahí,
¿Para qué me arriesgo con este libro de la noche? Pero necesito hacerlo, porque si
Piensa en conversaciones viejas, pero ha ido cambiando las palabras y es imposible recordarlas tal
Papá: me heredaste una biblioteca y un enigma. En presencia de tus miles de libros,
Pensemos en los juegos infantiles con lodo, en el aroma a petricor, en los ciclos
Desde aquellas de Rainer Maria Rilke que hicieron nacer las Cartas a un joven poeta,
¿Vienen daños de este cielo ambiguo?Del balcón a los libros, el miedo y el encantamiento
Encuentro que mis temáticas se repiten de forma irremediable, pero es lo que me interesa:
La mujer me tocaba la cabeza cada tanto sin decirme nada, por momentos deslizaba la
Quizá a pesar de que se saludaban todos los días y se visitaban con alguna
Pero hay otro velo, más leve pero sin duda también atrozmente perturbador: el que cae
A veces los relatos se contradecían. Habías tantas versiones como personas que hablaban del tema,
Cuando me senté ante mi escritorio, Dolor me miró extrañado: pensé que no te vería
La música nos permite reconectar con lo ausente, traerlo de vuelta. Incluso permite digerir con