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Poesía

Fragmentos de enero

Ahora voy a escribir con la rabia y la fiebre.

Por: Paula Moreno.

Este silencio encogido pequeñito
entre ranuras
desatendidas]
invierno crudo por la
ventana blanca de madera
pintada de palabras
que no significan nada
en tu vocabulario
en tu no entender en la intermitencia
encogida pequeñita yo
en el rincón de tu grito
grito por la ausencia
grito que resuena en las plazas
grito sordo]
niña tan pequeñita
que llora en la plaza
calla niña
enmienda tus pecados
calladita remienda la falda
de algodón descosida]
cervatilla cubierta de almizcle
la cana de tu cabello
el vendaval va llegando
encogido en tu silencio
rechinan los dientes
el tiempo se va calmando
hace
tanto frío]
ponme otra mientras baila
la flamenca en el tablao
pisan fuerte los tacones
le cae un mechón por la mejilla
ruido]
silencio estrecho maldito
nunca entendiste que yo
soy de hacer mucho
ruido]
que yo me bebo los ríos
y los mares si hace falta
que el invierno nunca me ha importado
igual que no me importan los veranos
ruido]
pido perdón por el polvo
por perder la calma cada noche
pero me mata el silencio
me mata la ausencia aunque estés
conmigo]
confundo la lógica con las entrañas
pequeñita me siento
en una silla de madera
en el fondo de la habitación
como si esta casa no fuera mía
como la niña obediente que no soy
yo que hago tanto ruido
a tu lado tengo que callarme

Ahora voy a escribir con la rabia y la fiebre
ahora que asumo
que la fuente de todo lo primitivo
y lo antiguo no eres tú
soy yo]
la que se regocija eterna en el no entender
las contradicciones indescifrables
a las que me sometes
rosada encogida pequeñita
yo en el rincón
tú nunca me has preguntado
cuál es mi libro favorito
nunca has escuchado mis canciones
y yo las tuyas las he tenido
grabadas hasta en las espinas
me descubro pequeña encogida
sigilosa me arrastro
me encojo como un cordero moribundo
como la niña de la plaza
niña deja de llorar y agarra esta mano
bebe de esta fuente
maldita fuente de silencios
en mitad de la plaza
ya no eres una niña
bebe de esta copa
fuma de esta pipa
recoge las flores de los jardines
retira la gota de sudor de tu frente
con un pañuelito niña
que ya no eres una niña corriendo en la plaza

Este silencio crece en la retina
en el tímpano
en el estómago
se va haciendo metástasis por los pinares
por los campos de girasoles
inunda los pantanos
se va materializando en hiedra
por las paredes de esta casa
se cuela por la ranura de la ventana
como un hilito
pequeño]
niña pequeñita te has infectado
de toda esta incertidumbre
y ya no te salva ni la leche de las vacas
ni la hierba
ni las manos arrugadas de la monja vieja
que cocina en su horno de leña
ni la sal de las piedras
niña no te salva
ni la misericordia de tu familia
ni el medicamento contemporáneo
ni la virtud ni la lágrima ni el perdón:
te salva el silencio
silencio por el miedo
silencio por la supervivencia.

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