Foto: Alfonso Vila Francés

La lección más amarga

Veneno a pequeñas dosis, que no se revelará jamás hasta la dosis final.

La lección más amarga
no se enseña en la escuela.
Ni se predica en las iglesias.
Ni se muestra en los hospitales.

La lección más amarga
se aprende en el tú a tú, en el cara a cara,
en el cuerpo a cuerpo.

La lección más amarga
se pelea contra el espejo.
Se extirpa con dolor.
Se desgarra con rabia.

La lección más amarga
la destila la vida,
veneno a pequeñas dosis,
que no se revelará jamás
hasta la dosis final.

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