La rebelión de los tiranosaurios robóticos

En la médula de un átomo
se desfiguran rojizas las mecanicidades,
y
en helios cubiertos de asombro la noche sintetiza
cometas miniatura.

Así
chocan los hidrógenos,
así
pelean los oxígenos,
así
enfurecen los carbonos,
así
burbujean los nitrógenos.

Intrínseco brillar que municionas antropológicas historias,
infrarrojo coleóptero  que contraprogramas inútiles movimientos.

De aquí a un destello,
la sombra nos destruye,
de aquí a un silencio,
las naves nos explotan,
de aquí a un sólido sistema,
levitan las lunáticas aguas.

Línea extravioleta que en galaxiciones
contraes tu mismo nudo,
punto decimal del viento que interfieres
la natural cantidad antibológica.

Avanzan los ciclos al extremo de vísceras galácticas,
como dudosas piedras en el estómago de una nube.

Mental montaña utópica,
que en cuadros circulares,
se te rebelaron los lagartos,
dejando escamas futuras para tiempos invisibles:

de
Pterodáctilas
sonrisas,
de
brontosaurias
luces,
de
triceratops
momentos.

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