La vida está en otra parte: Alberto Lati

Consolidado como el gran estandarte del periodismo itinerante en México, el autor de Latitudes ha reivindicado su oficio contando historias.

En Cuatro Amigos, David Trueba escribió que el verano lleva siempre implícito un sutil desprecio: el amor de verano como subgénero del amor, la canción de verano como la peor canción del año. Hablando con Alberto Lati (México, 1978), el gran estandarte del periodismo itinerante en México, le decía que encontraba ciertos paralelismos entre el periodismo deportivo y el prisma veraniego del escritor madrileño. 

Así, comenzó una charla inolvidable con un personaje que ha reivindicado su oficio contando historias, en medio del huracán desencadenado por la dictadura del clic y los velocistas de la información.

¿Cuesta mucho legitimar al periodista deportivo? 

Por ahí existe una gran frase de Joseph Roth que cito en el prólogo de la segunda edición de mi libro: Cuando los periodistas alemanes escriben libros, casi necesitan pedir una disculpa. ¿Cómo se atreven? ¿Pretenden pasar del rango de las moscas al de los insectos superiores? ¿Quieren saltar del reportaje efímero al de la gloria? Si ya el periodismo carga con eso, el periodismo deportivo, a su vez, solía ser visto para abajo por parte del propio periodismo: Éstos sólo relatan goles, cuentan tiros de esquina… ¿Qué me van a contar? No van a cambiar a la sociedad. Y al paso del tiempo nos hemos encontrado con muy gratas sorpresas, o con muy gratas realidades: que las grandes plumas del mundo últimamente se acerca al futbol. Lo que hace Caparrós, creo que es más pleno que nunca cuando escribe sobre futbol, pero el futbol es solo la ventana a través de la cual está viendo otras nociones. Lo que hemos gozado en México con Villoro, lo que se gozaba en las páginas de El País con ‘El córner inglés’, de John Carlin. Te estoy diciendo tres ejemplos, como te podría decir muchísimos más, en los que el que escribe de futbol utiliza el futbol a su vez como una brújula para plantarse en el mundo y encontrarse en muchas nociones más. Decir periodismo deportivo es colocar un apellido innecesario. O es periodismo o no es periodismo. O contaste una historia o no contaste una historia.

¿Por qué hay gente que se empeña en desdeñar la complejidad del fútbol?

El debate es muy viejo. En Épica y lírica del futbol, Julian García Candau va contando cómo a través de diferentes momentos muchas grandes mentes, muchas grandes plumas se han acercado y muchas otras se han distanciado con suspicacia. Borges es un caso paradigmático diciendo que el futbol era universal porque la estupidez era universal o que el futbol era el gran pecado de los ingleses -y mira que él era anglófilo. Pero más allá de ésto que planteamos, yo creo que lo que ocurre se debe porque el futbol pertenece a las masas, y porque antaño se solía distinguir de una manera clasista entre alta y baja cultura. Si en la alta cultura se colocaba la ópera, a la cual tenía poco acceso el pueblo en general, el futbol era el opuesto. Aunque ya desde entonces uno de los grandes autores de música clásica y de ballet como Dmitri Shostakóvic decía que el futbol era el ballet de las masas.

El fútbol como fenómeno sociocultural.

En Egipto fue parte de la caída de Mubarak. Luego tenemos que ir analizando caso por caso cómo el deporte fue utilizado para bien y cómo fue utilizado para mal. Tú ves lo que representa México en los mundiales en cuanto a derrama económica, color, el despliegue, la logística, y luego ves lo que pasa en la cancha y la verdad es que no, no hay relación. Apenas tendremos con Escocia en común ser tan enjundiosos apoyando y tan poco exitosos pateando un balón. En el caso de Argentina hay mucha manipulación, con partidos políticos, con sindicatos, con causas, manipulando a los barras bravas como sus títeres. Y encima son rivalidades difíciles de entender; el común de las rivalidades argentinas es: ellos son ricos y nosotros pobres. Pero no suelen implicar una cuestión muy particular. El Boca Juniors en el nombre xeneize lleva lo genovés, pero no es de los genoveses. El Boca es de todos los que llegaban a la boca (la desembocadura del Riachuelo en el Río de la Plata), el común de todos los argentinos. Y el propio River también era de la boca. Son rivalidades que no están sustentadas en una cuestión más evidente. Cuando tú buscas qué separa al Manchester City y al Manchester United, está la familia o el equipo donde decidieron estar; no es el barrio, no es la condición social. En Everton-Liverpool sí encontrarás algo. En Real-Atlético sí encontrarás algo. En el Peñarol-Nacional también. En Al Ahly-Zamalek evidentemente también. En Orlando Pirates-Kaizer Chiefs, en Sudáfrica, algo encontrarás. Si tú naces de un lado en un Rangers-Celtic no hay posibilidad de que tú vayas para el otro lado, es toda una declaración de principios de cómo te relacionas con la cuestión irlandesa y con la Gran Bretaña, con la Reina y con el Papa, con la ruptura anglicana. Todo es mucho más complejo.

Latitudes como memoria autobiográfica.

Desde que terminé el libro, en su primera versión, en 2013, procuraba no reelerlo porque cada que lo releía me molestaba la manera en la que escribía algo, el haber omitido alguna cosa importante. Cito, también, en el prólogo una frase de Svetlana Alexiévich, premio Nobel: Estoy pensando que ahora haría otras preguntas y escucharía otras respuestas. Y habría escrito otro libro, no uno completamente diferente, pero otro libro. Y escribamos muy bien como ella o muy mal como un servidor, es cierto: nunca podremos escribir igual, nunca haremos una entrevista igual, nunca tendremos una conversación igual, nunca repetiremos un stand en un lugar igual, y eso hace las corresponsalías algo tan especial, tan aquilatable. No puedes regresar. Regresarás a la ciudad, pero ya no es la ciudad en la que viviste, ni con las circunstancias ni las condiciones que viviste. Por eso para mí Latitudes es tan especial. 

Kapuściński, un antes y un después.

Kapuściński estaba en el lugar indicado, en el momento indiciado. En El Imperio va recorriendo las exrepúblicas soviéticas y va estando en el momento importante de cada una de ellas en su relación con la URSS o en su escisión de lo que representaba la URSS. Y por supuesto nunca, en todos sus libros, hace a un lado el futbol, porque él entendía que, gustará o no, era importante para aproximarnos lo que pasaba en América Latina, África, Europa. En Viajes con Heródoto habla del contagio de viaje que termina impregnándose en él, y que algunos tenemos la suerte de también estar contagiados. Falta que nos contagiamos de escribir tan bien como él, pero eso no es por inercia: es por práctica y por genio. Hoy ya fue dado un Nobel de literatura a un cantautor como Dylan; en su momento Kapuściński sonó para el Nobel, y lo hubiera merecido por el tipo de prosa que le imprimía a sus relatos. 

Kundera decía que la mente del viajero se columpia por todas partes menos en donde debe estar: hoy y aquí.

Sí, porque la manera de contarlas es regresar al viaje o es entender mejor el viaje. Y también es otro problema. Disfruto más Rusia 2018 hoy cuando me acuerdo, que con el frenesí de estar ahí y dormir tan pocas horas diarias. En ese momento estás pensando cómo escribir, qué escribir, qué historia va mañana, cuál va pasado mañana. Evidentemente vas pensando en casi todo, menos en donde estás. Entras en esa inercia y sí: la vida está en otra parte, pensando en términos de Kundera.

¿Sigue sirviendo el periodismo para desmontar convencionalismos?

Solemos repetir muchas veces que Alemania tiene ciertas condiciones, pero no: Alemania tiene muchas caras, muchas divisiones. Con Rusia, mi meta desde un principio, cuando empecé a prepararme y aprender ruso, era justamente demostrar que a éstos que los hemos puesto como los eternos malos de la película, los que no sirven para nada, los que solamente están preocupados por joder la vida del occidental, no son tal. Y que tienen, además, una profundidad cultural espléndida. Con Sudáfrica misma también. Era muy cómodo ir a la corresponsalía y pensar en Mandela, el post-apartheid y el safari, pero Sudáfrica era muchísimo más. Hablamos de África como si fuera una cosa pequeña. Es un continente que hoy por hoy tiene más idiomas, cuestiones étnicas de las que Europa ha tenido en mil años. Japón, por ejemplo, te acerca y te repele. Te dice soy propio y luego te dice soy ajeno de inmediato. Estás en el colmo de lo occidental en términos de futurismo, de tecnología, de desarrollo, y de inmediato brincas al colmo de lo que no entiendes qué es. A mí me ayudó mucho leer a Octavio Paz, por la manera en la que él entendió a Japón, como entendió todas las culturas en las que estuvo. Para entender a la India, también, los libros de Octavio Paz son de mucha lucidez.

¿En qué espejos te gusta mirarte?

Tendría que decirte Eduardo Galeano, por lo que respecta su El fútbol a sol y sombra. Juan Villoro me marcó tremendamente: si estoy publicando una novela (Aquí, Borya) es por lo que Juan ha representado en mi vida. Sacheri, Caparrós y tantísimos más. Incluso Javier Marías con sus Salvajes y sentimentales: letras de fútbol. Pero te diría que todos ellos quedaron marcados por el momento en que aparece El fútbol a sol y sombra

Larga vida a los contadores de historias.

Soy menos pesimista hoy que hace un par de años. En ese momento se pensaba que la letra moría, y ahora tenemos proyectos muy interesantes defendiendo a la letra, defendiendo a la narrativa, defendiendo al análisis, defendiendo el compartir conocimiento y no dejándonos someter a la infografía. La infografía es una buena herramienta, como la teconlogía, pero el mensaje va por escrito. La humanidad, en general, tiene que formar contadores de historias. Sin el relato, sin el saber apegarnos a un esquema de cuento, no podemos comunicar nada. Otra vez van surgiendo muy agradables narradores, y cuando digo agradables narradores no tienen que ser los que te están escribiendo el gran cuento de Cortázar, hablo de un tipo que te sabe contar algo sobre una temática: sea sobre cómo se prepara el mejor ceviche peruano o sea sobre cómo se para el Manchester City o por qué lo que está haciendo Guardiola es interesante o dejó de serlo.

*Entrevista publicada originalmente en video en El 9 y medio.

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