Lecturas de 2022

Antes de que se cierre oficialmente el telón del 2022, procedemos a dejar las últimas lecturas del año propuestas por la redacción de purgante, entre las que figuran la reivindicación de la oralidad, una aproximación descarnada sobre la maternidad y un compendio de ensayos en torno a la mirada.

Panza de burro; Andrea Abreu

Durante 2020, en el punto más álgido del confinamiento, Panza de burro, el debut como novelista de la poeta y periodista cultural Andrea Abreu, se convirtió en un fenómeno literario en toda España. Con el olfato de los buenos editores, tras el éxito conquistado por Barrett, Emiliano Becerril decidió apostar por ella para traerla a México bajo el sello de Elefanta a finales del año anterior. Al terminar de devorar la novela como se devora el pan caliente, pensé que estaba ante la gran reivindicación de la literatura oral y del lenguaje sonoro. Tras la fachada de novela juvenil, la historia emerge como un retrato social sobre la cultura popular canaria, la infancia dosmilera y el despertar sexual. Con una prosa salvaje y tierna a partes iguales, Abreu nos cuenta la relación entre dos niñas preadolescentes que comparte territorio con el tándem ferrantiano de Lila y Lenú, aunque con preceptos y valores personalísimos. A ritmo de bachata y reguetón, la autora cuestiona el conservadurismo, la homofobia, la transfobia, las brechas sociales y la pérdida de los espacios comunes frente al turismo depredador. Por todo lo anterior, podemos decir que estamos ante una novela entrañable que funde el viaje iniciático de dos niñas entre los límites del romanticismo y el erotismo y que deviene en una agudísima crítica social sobre la vida de barrio en la España insular. 

Casas vacías; Brenda Navarro

Este año decidí leer sólo obras escritas por mujeres de distintas partes del mundo. Quería empaparme de visiones femeninas que me obligaran a cuestionarme. Dentro de dicho universo, Brenda Navarro, es sin duda, una pluma muy poderosa de la literatura contemporánea mexicana. En el contexto del México actual, en el que las desapariciones son parte de la rutina, la autora nos presenta un espejo, un tanto aberrante, sobre la vida de las mujeres mexicanas, el machismo y la precariedad de la maternidad, desde un ángulo mucho más crudo que glorificado. Casas vacías me regaló una perspectiva mucho más aterrizada en torno a la idealización de querer y también del no querer convertirse en madre. La novela habla sobre las expectativas depositadas en la creación de una familia y el papel protagónico que tienen los bagajes emocionales en el contexto familiar durante la crianza de un hijo. Los matices y construcción de los personajes en la ópera prima de Brenda Navarro me parecieron simplemente maravillosos. Se trata de un libro que te brinda una posición y óptica ante ciertas cuestiones, como la maternidad, que en ocasiones pueden ser difíciles de abordar e inferir, dado el encause natural del «deber ser».

Espacios distantes. Aún vivos. Las salas cinematográficas de la ciudad de México; Francisco Haroldo Alfaro Salazar y Alejandro Ochoa Vega

Dentro de la enorme masa urbana que representa la Ciudad de México, todos los días se pierden trozos de historia, de memoria y de arquitectura. Desde tiempos de la conquista hasta la época actual, la ciudad se desgrana ante el implacable paso del tiempo que termina por destruirlo todo, como bien apuntaba el cineasta Gaspar Noé hace algunos años. También somos lo que perdemos; la ciudad está hecha igualmente de lo que va desapareciendo, de ahí la importancia de preservar los recuerdos de mejores momentos en la historia de la capital del país. Espacios distantes. Aún vivos. Las salas cinematográficas de la ciudad de México es un extraordinario texto que exhibe una profunda investigación sobre esos lugares mágicos donde millones de personas han entrado a ver un filme en algún momento de sus vidas. Los autores Francisco Haroldo Alfaro Salazar y Alejandro Ochoa Vega proponen una travesía que va desde la génesis de las salas cinematográficas de la ciudad, pasando por la consolidación y el desarrollo de la majestuosidad arquitectónica entre 1920 y 1980, hasta la triste decadencia e imparable transformación de los cines en la actualidad. No solo eso, también se dan el tiempo para proponer opciones para el rescate, permanencia y preservación de las salas, como el cine Cosmos, que se convirtió en un centro cultural. Esos palacios grandiosos como el Olimpia, Orfeón, Florida u Ópera tienen memorias que ameritan ser contadas; si bien algunos han sido destruidos, otros han sufrido transformaciones extremas para dar paso al concepto Multiplex, mientras hay cines que permanecen en el abandono, atrapados en procesos jurídicos, como el Palacio Chino. Las nuevas generaciones tienen en este libro la oportunidad de adentrarse a la belleza y emoción que representaba entrar a un cine de proporciones estéticas inauditas; era mucho más que entrar a ver una película, se convertía en toda una experiencia envolvente, con enormes candelabros, murales y esculturas que remarcaban lo asombroso del séptimo arte. Espacios distantes. Aún vivos. Las salas cinematográficas de la ciudad de México es además una herramienta necesaria para investigadores del tema; con cientos de cifras, mapas y datos es un referente en la memoria de una época que se fue para siempre, aquella donde los cines poblaban las calles con sus luminosas marquesinas e impresionantes fachadas.

Modos de ver; John Berger

Las miradas y la forma de observar este mundo han influido muchísimo este año en mi vida. Viajar a otro continente y encontrarme —a través de un regalo— con John Berger me han ayudado muchísimo a profundizar y a debatir internamente cuando debo disparar con la cámara. Es una especie de ejercicio catártico, donde la mirada y el pensamiento deben buscarse en un encuentro a veces fortuito y otras tantas buscado. Modos de ver de John Berger parte de un programa televisivo conocido como Ways of seeing, dirigido por él mismo en el año 1972 y que podría decir que es atemporal. El libro compuesto por siete capítulos es indispensable en toda biblioteca para las personas que quieran indagar en asuntos que a día de hoy seguimos discutiendo desde un concepto más teórico y visual. Se puede ejemplificar con dos capítulos que son muy necesarios leerlos: la cuestión del desnudo femenino o el clasismo que siempre ha perdurado en las pinturas al óleo. La denuncia social que proporciona Berger es exquisita en una obra de hace 50 años. Un año de abrir los ojos y siempre tenerlos bien abiertos, gracias a una lectura amena y con muchas ejemplificaciones para entender de forma clara y concisa. Un libro que te amplia el horizonte en numerosos campos y que persigue la idea de la crítica como un espacio para mejorar el mundo que habitamos.

Haré valla en la calle de Victoria; Gregorio Martínez Valdés

La vida no es como sucede, sino como uno la recuerda, y si nuestros recuerdos son una sucesión de sonrisas, es muy probable que se pueda considerar que se tiene una buena vida. Y Gregorio Martínez “Goyo” (Viesca, Coahuila 1936-2013) la tuvo. Haré valla en la calle de Victoria es, ante todo, la suma de memorias de una generación de estudiantes de educación superior en la segunda mitad de los años cincuenta en Saltillo, Coahuila, entonces una pequeña ciudad del norte de México. El libro es un compendio de relatos y nostalgias encaminadas a escarbar momentos a través de una prosa sencilla, entrañable y llena de calidez, cuya finalidad no es más que concentrar la memoria colectiva en pequeñas postales. Más allá de la trascendencia del escrito —meramente lúdico— y su legado cultural, el poder de estas historias sirve (servirá) para tejer (y compartir) los recuerdos, revivir hechos, crear fantasías alrededor de anécdotas de forma permanente a través de las palabras. Esta (de)construcción literaria puede cambiar de una persona a otra, está sujeta en función al estado anímico y, sobre todo, varía de significado e interpretación cada vez que alguien se sumerge en las páginas para su relectura.

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