Todas las ventanas
me llevan a los mismos sitios,
una ciudad a medio destruir,
cafés con poca gente,
bares llenos con borrachos
encadenados a la barra.
Con el velo gris empañando
la vista
me permito rehabitarlos,
volver a tomar ron en el bar,
abandonar los cafés
y destruir la ciudad.