Mi voz lleva tu nombre

Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Juan Gelman

A sabiduría de mi vida

I.
Eres la savia que lentamente cae de los árboles
cuando el alba toca la puerta del mundo
arrastrando una falda de estrellas
para alumbrar los corazones desolados.

Eres el enigma que no han descifrado los sabios
el polvo que va cubriendo montañas
la sazón de un beso perdido en el tiempo
la primavera de un invierno olvidado.

Eres la sangre caliente que brota de la tierra
la oración prohibida por los ángeles
suma teoría del amor fatuo
la expectativa de una noche sin prisa.

Eres la flor en un inmenso campo de hiedra
una fogata encendida en el hielo
la respuesta a todas las preguntas
el calor de una tarde de playa.

Nunca te canses, sombra del agua
porque en ti hay ecos de mil suspiros
porque en ti hay rastros de días perpetuos
porque eres un misterio que no necesita
ser revelado.

II.
Escribo desde esta habitación olvidada
inundada por esencia del humo
al calor del vino de la mañana
dibujando un rostro que no recuerdo
rezando a un Dios que no conozco
implorando un cuerpo lleno de ternura
mujer que podría explotar el universo
con tan sólo una efímera palabra

¿cómo anhelar un silencio que no calla?
Un lustro que dura un segundo
en las dunas de una mirada
instinto profano del cielo
reflejo de un dolor sin sitio
mujer, divina, niña, mundana

tus ojos tan inéditos a mi presencia
son dos lunas a miles de kilómetros de
distancia
que hacen de mi pecho tu marea
moviéndose a tu antojo, sin piedad alguna
sin remordimiento de tu crueldad
misericordiosa

y siendo un continente desconocido, inexplorado
te extraño
como extraña la noche a las estrellas
en el abismo de una noche fría
de lluvia sin consuelo
de niebla sin esperanza
mis labios claman tu nombre
entre sueños a plena luz del día

y yo que imagino cómo sería
deambular por tu llana sonrisa
no he hallado el camino hasta ella
que me lleve a recorrer tus estaciones
y fraguar una historia en tu memoria
que se repita una y otra vez
desde tu sexo hasta tu boca

III.
que las aves que surcan mi voz
lleven este mensaje grabado en cenizas
gritaré tu nombre hasta el cansancio
hasta que un día el fuego
nos consuma enteros
y no seamos más que nubes
volando hacía donde nos lleve
el viento.
Reseña
Daniel Duarte Muñoz. Ciudad de México en 1990. Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México. En 2014 gané el primer lugar del concurso de ensayo para estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado, “México y la responsabilidad global” del Instituto Matías Romero de la Secretaría de Relaciones Exteriores. He tomado cursos y talleres de escritura creativa en la Escuela Mexicana de Escritores con Eduardo Antonio Parra. Mis ensayos y poemas han sido publicados en Revista Taller Igitur, Revista Primera Página, Revista Palabrerías, Revista Página Salmón, Revista Baladí y Revista Tintero Blanco. Algún día quiero retirarme a un lugar solitario a hablar conmigo mismo como Robert Walser.

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