Un instante inmenso de aquella mañana

Cuando las sombras del ayer coquetean
conmigo
contra mí
con los monstruos del ayer
y lo que aún es peor
con los monstruos del mañana.

Tantas veces te esperé
que cuando llegaste
ya te conocía.
Tu mirada no me era extraña
como un fresco amanecer
como un atardecer bajo tus nubes de lluvia
y vida.

Te quiero
como quiere un pájaro a su estela
como un corazón errante desea recorrer
su camino
como la primavera anhela sus flores.

Estrechos senderos me llevan a ti
pedregosos caminos te acercan a mí
rocas latentes como corazones
hambrientos por amar
sangrando por amor
rozando el cielo
como cuchillos atravesando el horror.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *