Retazos de tu vida.
Jirones de piel
sangrando vergüenzas ajenas
como espinas clavadas en el alma.
Esperanzas rotas en añicos imposibles de pegar.
¡Tanto daño!
¡Cuánto dolor!
¡No hay tantas vendas para sanar todas las heridas!
Aquí tienes mis manos.
Mis ojos clavados en los tuyos.
¡Sin decir nada!
¡Contándolo todo!
Gritos mudos que atraviesan montañas
no existen muros ni vallas que lo puedan callar.
Anhelo infinito que añoras cada mañana.
Como ave recién nacida que aprende a volar.