Violencia contra la mujer: una guerra milenaria y omnipresente

A propósito del #8M nos dimos a la tarea de investigar y visibilizar la violencia en contra de las mujeres en países como la India, Irán, Afganistán, Nigeria y toda América Latina. Recopilamos datos oficiales que denotan cifras alarmantes sobre las desventajas de nacer/ser mujer en un mundo dominado por el patriarcado. Las mujeres hemos sido víctimas de una guerra milenaria en la que no solo hemos sido marginadas, hemos sido lapidadas, ultrajadas, saqueadas y soterradas durante siglos por la misoginia, la religión y el machismo.

Desde nuestras trincheras y batallas personales, como acto reivindicativo, exigimos JUSTICIA y buscamos difundir, informar e instar a la sociedad civil, a los colectivos y organizaciones de mujeres, a los gobiernos e instancias públicas y a los medios de comunicación a que se unan para erradicar la violencia contra las niñas y mujeres de todo el mundo, creando redes de apoyo seguras y estrategias de prevención sostenibles para la garantía y protección de nuestros derechos.

No más discriminación, no más golpes, no más gritos, no más acoso, no más violaciones, no más tortura, no más desapariciones, no más feminicidios, no más IMPUNIDAD.

INDIA

Por: Alba Otero

El pasado 26 de enero una mujer en Nueva Delhi (India) fue brutalmente agredida sexual y físicamente por la familia de un joven que se suicidó tras ser rechazado por la víctima. Tras lo sucedido once personas, entre ellas, la mayoría mujeres, fueron detenidas por los hechos. Los acontecimientos han conmovido a todo el país, aunque las violencias patriarcales que se ejercen sobre la mujer están a la orden del día.

La India es un país que presenta una diversidad étnica y religiosa tan grande como la extensión de su territorio: más de 2,000 castas, 8 grandes religiones, 22 lenguas oficiales , sin contar con los dialectos,  y multitud de grupos étnicos. Sin embargo, existe una discriminación por el sistema de castas, la pobreza, la alfabetización, siendo nula en algunas regiones, y razón de género (se sigue manteniendo la creencia de que la mujer es valorada y respetada mientras tenga un hombre a su lado).

En el año 2018 fue considerado el país más peligroso para ser mujer según una encuesta de la Fundación Thomson Reuters. Durante el año 2020 se registraron un total de 35,331 casos de delitos contra las mujeres. La violencia que se ejerce suele ser de carácter sexual: matrimonio forzoso, violencia doméstica, esclavitud sexual y secuestro, o también trabajos forzosos.

Sin embargo, en la Constitución de la India en sus artículos 14, 15 y 16 estipulan la no discriminación de género. En concreto en el art. 15 se dispone al Estado garantizar unas garantías especiales a las mujeres y niñas para lograr esa igualdad, aunque la realidad de las mujeres y niñas indias es totalmente opuesta.

A continuación procedo a mostrar la realidad del país:

-En el año 1956 se creó la Ley de Tráfico Inmoral, renombrada en 1986. La ley no impide que millones de mujeres sean víctimas de las redes proxenetas y la explotación sexual.

-En el año 1961 se creó la Ley de Prohibición de Dote (1984 se creó una enmienda). La Dowry (dote) se sigue practicando y es la razón por la que muchas mujeres abortan.

-En el año 1994 se creó la Ley de Técnicas de Diagnóstico de Preconcepción y Prenatales. Sin embargo, 10 millones de niñas han dejado de nacer en los últimos 20 años por el aborto selectivo.

-En el año 2001 se creó la Ley de Prohibición del Matrimonio Infantil, pero en datos de la Fundación Vicente Ferrer, 1 de cada 3 niñas/adolescentes se casa antes de cumplir la mayoría de edad.

-En el año 2005 se creó la Ley de Protección a la Mujer por Violencia Doméstica. En datos de la Oficina Nacional de Registros Criminales cada día 61 amas de casa se suicidan.

En los registros de 2021, en la política, solo el 14,4 % de los escaños en el parlamento están ocupados por mujeres. Las mujeres dalit, la casta de los “intocables”, son quienes sufren una triple discriminación: casta, clase y género, siendo totalmente marginadas; como ocurre con las Hijras oficialmente reconocidas como el tercer género. En la India cada hora se registran 26 casos de violencia contra las mujeres y es el país asiático con más tráfico de mujeres y explotación sexual.

IRÁN

Por Ale Junco

A raíz de la revolución islámica iraní en 1979, las mujeres han tenido que usar el hiyab de forma obligatoria. Por más de 40 años han sido vigiladas por la llamada “Policía de la moralidad”. Pueden ser arrestadas si su vestimenta no es considerada adecuada para la norma gubernamental. Solo se les permite utilizar velo, manga larga, pantalones largos y camisolas hasta medio muslo. Sin embargo, también pueden ser llevadas a la comisaría si un poco de pelo sale de su velo, o aquellos agentes consideran que la ropa es muy colorida o ajustada.

¿Qué pasa después de que son arrestadas? Son obligadas a firmar un documento donde se comprometen a no volver a vestir de forma indecorosa y deben pagar una multa.

El hiyab se ha convertido en un símbolo de opresión donde el Estado tiene un control absoluto sobre el cuerpo de las mujeres.

En  2018, más de 40 defensoras de los derechos de las mujeres realizaron protestas en contra de esta Ley exigiendo libertad, pero han sido arrestadas, torturadas con latigazos y además encarceladas.

En Irán las autoridades comenten múltiples violaciones generalizadas a los derechos humanos, no solo han restringido el derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión, además han utilizado sus fuerzas de seguridad con la bandera de la ilegalidad, la discriminación, la violencia y la tortura con prácticas como la flagelación, la amputación, la crucifixión, lapidación y violación, desapariciones forzadas y juicios injustos en contra de mujeres, niñas, y minorías étinicas y religiosas.

AFGANISTÁN

Por: Ana Mohzo

La lucha de las mujeres afganas vio la luz en 1964 cuando consiguieron el derecho al voto y garantizaron educación obligatoria y libertad de trabajo. Sin embargo en 1979 Afganistán entró en guerra. La primera era del régimen Talibán comenzó en 1996 y trajo consigo medidas brutales contra las mujeres. Decapitaciones, lapidaciones y el uso obligatorio de burka, así como la privación a la libertad de andar solas por la calle. Las mujeres afganas perdieron la voz.

A pesar del significativo progreso que las mujeres vivieron tras la derrota del régimen por más de veinte años, hoy con el regreso del Talibán al poder, los esfuerzos para alcanzar libertad e igualdad de género se han comprometido.

Afganistán, actualmente ocupa el puesto 157 de 162 del índice de igualdad de género (GII) de Naciones Unidas. Al menos 90% de las afganas reportaron haber sido víctimas de algún tipo de violencia física, sexual o psicológica, el 50 % mujeres entre los 15 y 49 años. Las afganas también sufren otro tipo de violaciones como las ‘pruebas de virginidad’ en los procesos penales, estos procedimientos abusivos deben realizarse con una orden de consentimiento de la mujer según el código penal, sin embargo no es respetado. 

El 28,3% de las mujeres afganas de entre 20 y 24 años se casaron antes de los 18 años y el 4,2% antes de los 15 años. Afganistán tiene deficientes servicios sanitarios, debido a esto muchas mujeres mueren por problemas en el parto o durante el embarazo. Solo 4 de cada 10 mujeres tienen acceso a servicios de salud, planificación familiar y métodos anticonceptivos. Aproximadamente 2,2 millones de niñas no van a la escuela y sólo el 4% de mujeres ocupa puestos directivos.

NIGERIA

Por: Fer Mancilla

Según datos oficiales de la Acnur (La Agencia de la ONU para los refugiados), en el norte de Nigeria más de 2,000 mujeres han sido secuestradas y obligadas a casarse con sus secuestradores en los últimos años por Boko Haram, el grupo terrorista islámico fundado en el 2002 por Mohammed Yusuf en el noroeste de Nigeria. Esta zona es considerada uno de los peores lugares del mundo para nacer mujer. 1 de cada 4 mujeres nigerianas es víctima de mutilación genital, práctica supuestamente ilegal desde el 2015. El 80% de los casos fueron y son ejercidos a manos de hombres conocidos como circuncidador tradicional.

Los riesgos a los que se enfrentan las mujeres nigerianas, especialmente en el estado de Borno, se añaden a la ya de por sí complicada situación de la región del lago Chad donde las posibilidades de morir en un ataque terrorista son altísimas y las mujeres y niñas son empleadas como arma de guerra y sometidas a violaciones y múltiples actos de violencia sexual durante los ataques.

El aborto es ilegal en Nigeria y las sobrevivientes a violaciones no tienen acceso a ningún servicio formal de salud, muchas mujeres recurren a prácticas ilegales que ponen en peligro sus vidas. El 70% de las mujeres nigerianas ha sufrido violencia física alguna vez en su vida, en la mayoría de los casos a manos de sus esposos y familiares. Además el 47% de las mujeres son analfabetas, sin mencionar que Nigeria supera a la India en el ranking de pobreza, factores que incrementan altas tasas de violencia y la crisis humanitaria.

El 65% de las víctimas de trata sexual en Europa son nigerianas y según un informe de la ONU afirma que más de 22 millones de personas en el mundo han sido víctimas de la trata y el 80% son menores de edad.

AMÉRICA LATINA

Por: Diana Lerendidi

Las cifras oficiales de feminicidios durante la pandemia de COVID-19 en América Latina son alarmantes. En Brasil se registraron 1,738 feminicidios en el 2021 y cada nueve horas en promedio una mujer es asesinada. En México se reportaron 1,004 feminicidios el año pasado, con un incremento de 2.66% más que en el 2020. Se estima que a diario ocurren 10 feminicidios y la desaparición de aproximadamente 26 mujeres y niñas mexicanas. En Colombia se registraron 622 feminicidios y en Guatemala 396 feminicidios en el 2021, con un incremento del 31% comparado con el 2020. En Honduras cada 23 horas se comete un feminicidio. El año pasado se registraron un total de 314 mujeres asesinadas. Argentina reportó un feminicidio cada 29 horas durante el 2021. Sumando un total de 305 mujeres asesinadas donde el 60% de los casos fue a manos de sus parejas. Venezuela registró 233 feminicidios al finalizar el último trimestre del año.

En Perú más de 5.900 mujeres desaparecieron durante el 2021 y se reportaron 146 feminicidios de los cuales 39, fueron mujeres reportadas como desaparecidas. En El Salvador incrementaron un 7.25% los feminicidios, mientras que en Ecuador  aumentaron un 57 % en el 2021.

Panamá y Costa Rica también aumentaron la tasa de feminicidios el año pasado en comparación con el año 2020. Panamá registró el incremento más significativo con 17 feminicidios, 12 tentativas de feminicidio y 16 muertes violentas de mujeres. Bolivia reportó 108 feminicidios, Nicaragua 71 feminicidios más 140 ataques considerados como feminicidios en grado de frustración. República Dominicana reportó 65 feminicidios, Puerto Rico 53, Cuba 34, Uruguay 31 y Paraguay reportó 3 feminicidios al mes durante el 2021.

El feminicidio es la máxima expresión de violencia en contra de la mujer. Lamentablemente no todas las muertes violentas que sufren incontables mujeres, en los países ya mencionados, son consideradas feminicidios, aunque existan pruebas que lo demuestren. Tampoco existe una pena legal equivalente al delito. Y si los feminicidas son hombres con poder social, económico y político, no hay represalias, fácilmente pueden sobornar al sistema para evadir la justicia, razón por la cual miles de casos quedan impunes.

Lastimosamente, las cifras oficiales tampoco alcanzan a hacer registro de las comunidades más soterradas. En América Latina existen 522 pueblos indígenas; comunidades marginadas que van desde la Patagonia hasta el norte de la república mexicana. Entre las que destacan los Tarahumaras, Huicholes, Mazahuas, Mexicas, Nahuas, Triquis y Mayas en México. Wayú en Colombia, Arawacos en Venezuela y gran parte de Brasil, Quechuas en Perú, Tupíes y Guaraníes en el sur de América y Charrúas en Uruguay. Otros grupos también marginados son los tribales, amazónicos, las favelas y los cinturones de miseria, comunidades en las que desgraciadamente las mujeres tienen 80% más probabilidades de sufrir violencia extrema. Por otro lado, tampoco podemos minimizar los demás tipos de violencia que existen (psicológica, económica, física y sexual) ni las desigualdades económicas y sociales que atentan a diario contra nuestros derechos, integridad y seguridad.

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