Alberto Manguel decía que escribía porque no sabía bailar tango, tocar un instrumento musical, resolver problemas de matemáticas superiores, correr la maratón de Nueva York, trazar las órbitas de los planetas, escalar montañas, excavar ruinas arqueológicas, descifrar códigos secretos, rezar como un monje tibetano, cruzar el Atlántico en solitario y un largo etcétera. En la […]
Lecturas de febrero




















