Para el cantautor español la felicidades debía ser una patología extraña.


Para el cantautor español la felicidades debía ser una patología extraña.

De nada sirve contar a la gente como números si no vamos a contar y recordar, aunque sean sólo partes, de sus historias

Arrancar el nombre, estrujar la mandarina, acariciar el cuerpo, agarrar al pájaro, asumir.

Mis labios están secos, / no siento más / el recuerdo de los tuyos.

Matarlo y salir ilesa ni siquiera era una opción.

Por: Raúl Fernández Molina. A los díasde encierroLe sobran horas y le faltan más balcones.

Las calles, desoladas, son acompañadas por el silencio.

Su búsqueda sería en vano ante el torrencial otoño que se había llevado los besos y las caricias del amor de su vida.

La cama, mi tumba / El lápiz como arma de testamento.

Las aguas de Venecia volvían a ser transparentes y en Australia se había avistado un animal presuntamente extinto.

Internet significa el empleo de muchos, el discurso de algunos y la verdad absoluta de otros cuantos.

Entonces me pregunto: ¿quién escribe?, ¿escribo yo, o escribe lo que queda de mí? Me lo pregunto siempre.

Cualquier poesía es la correcta, verdadera / si paseás mientras tallos verdes nacen de tus ojos.

No consigo que estés conmigo las madrugadas de insomnio inducido

Nunca pasé frío, nunca me sentí sola, siempre estuvieron ustedes.

Basta con mirarnos a los ojos para darnos cuenta que nos han empezado a caminar los pesares.

Quiero oler la capital catalana, sentir su sabor; aunque al primer trozo que me llevo a la boca me acuerdo de mi condición de extranjera.

La lluvia se disfrutaba, tenía ese toque de romance; ahora, sólo es un caos en las ciudades, porque hace que la mierda flote de las coladeras.

Te quiero libre / surcando todas las puestas de sol / que serás incapaz de borrar de tus pupilas.

Este proyecto cultural humanista es una provocación y una protesta contra el academicismo de la Filosofía.