Agarré un vaso de agua y tomé lo que ella siempre evitó; en una noche todo se había esfumado, solo se escuchaba el sonido de un grillo a medio morir.
Autor: Sebastián López
Ser de anomalías.
Carencia: una mirada hacia el interior
El poemario de Denise Griffith no busca la paz y satisfacción de la vida; busca aplastarla, retratar un deseo que está presente y cada día se acerca más, pero nunca se llega a concretar.
La espalda logró acomodarse y recostarse en la suavidad de la cama de los encuentros, mas solo pensé en la cavidad de mis sueños.
Te olvido lentamente… y esa será mi salvación: olvidar que alguna vez pasó lo nuestro.
Baja autoestima
Veo el espejo y me asusto. Abriré los espacios y me iré al sueño de verme con otros ojos.
Ataque de ansiedad
Extraño las flores cultivadas en lo que alguna vez llamé «jardín». Los dolores del alma me hacen católico. A medida me causan pánico.
Amiga falsa
Mi amiga cambió nuestro sentir por otro alba. El alba de mi alma sola se encuentra en la persiana. Sufre de ansiedad por culpa de la amiga imaginaria.
Llegará el día que todo lo sufrido se irá y despertaré de este sueño pavoroso. Seguiré soñando entre líneas divididas.
Pensamiento aciago
Vi un colibrí en las flores que me regalaste; le costaba trabajo volar.
Adulterio en la Casa Azul
He decidido volar. Gracias por ser mi
ángel; lo serás en el cielo de alguien más.
La vileza de un compañero
Te idealizo, aunque mis letras sean marcadas en tinta carmesí.
Mi compadre se fue
Ahora estás bebiendo en la cantina de las nubes, escuchando a Negrete y Lara.
El tiempo es mi aliado y mi respuesta…
Un heredero inservible
A veces me alimento del arte y puedo gritar lo que siento.
Oda a José Emilio Pacheco
Ahora usted descansa en la sangre de su propia Medusa.
Los enamorados dejan ir a su musa
Un café como aquellos años en el Coyoacán perdido, o en el Bellas Artes olvidado.
La tragedia roja
El amor mata, el amor está lleno de inseguridades, el amor romantiza su propia tragedia.
El dolor se viste de negro, la ciudad tiembla esta noche.
Palabras a una periodista
Tu vehemencia por redactar una prosa más, hacía al mundo cuestionarse ideologías establecidas.
Aquel hombre y aquella mujer
La luz se enteró de algo ese día…