Sobre una serie de pensamientos crispados y fugaces escritos en noches varias, acerca de la realidad que golpea la existencia.
Autor: Demian García
Lector permanente. Devoto de la poesía y el fútbol. Escribo, hablo y habito en Revista Purgante, Interferencia IMER y Diario 24 Horas.
Atravesando los cristales, respira y calla, y a su alrededor todo es símbolo.
Habitar otros espacios de ese lenguaje que nos parece quisquilloso por ser de barrio o menos modesto que lo que consideramos cercano. Y, sobre todo, habitar las atmósferas, esos barrios y sus calles, los apartamentos, las mentes.
Pensamientos sobre volcanes extintos
Un dolor presente, sombra de un árbol de la eternidad, un presente abierto al tiempo, la senda de la mortalidad.
mode de vie
o quizás sólo nos olvidamos de ella / aunque exista, como una / sombra que sucede nuestros / pasos.
Inusuales razones de cercanía
Qué más da si aquí o allá, estamos
ardiendo juntos en este cuarto.
La soledad
Crece. Y nos consume. Nos habita
Páradais, o el dibujo del origen
Fernanda Melchor hace un dibujo de la violencia y el funcionamiento de uno de sus muchos engranajes: la vulnerabilidad y el desamparo.
Acercamiento
al abandono de los poetas / a los versos suicidas.
Escupitajo en el espejo
Cuarto oscuro, apremio de soledad, ausencia de luces y certezas: un refugio de realidad.
Reproche a la cercanía
Todo esto es una tragedia global. Cómo carajos se lidia con esto. Cómo. Cómo. Cómo.
¿Hasta cuándo serás convertido en poeta, poeta?
Estokolmo, el agrado del desagrado
Propongo una lectura cuidadosa y en compañía de las canciones de Charly García. Intenten salir bien librados.
La adultez se manifiesta aceptando que se llora viendo a Julia y a Hugh ser felices por siempre.
Ciudad testigo
Estamos aquí. Una foto, dijiste. Y clic en menos de lo que yo pude acomodarme la chamarra y la borrachera.
Bulevar delirio
En un inframundo gris donde la palabra es la única forma de duda.
Designios que no se nombran
En madrugadas eternas de melancolía repleta.
Un éxodo fúnebre de bondad sustraída.
Autiobiografía del olvido
No hay suelo sobre el cual se pose nuestra sangre.
Nombrar el silencio
He prescindido de los nombres propios del tiempo. No hay días. No hay semanas.