A través de la poesía y el rap, combatía con sus luchas internas y externas en un pulso majestuoso con la realidad social. Llamada a marcar una generación, sus versos se apagaron demasiado pronto.
Gata Cattana – No vine a ser carne

A través de la poesía y el rap, combatía con sus luchas internas y externas en un pulso majestuoso con la realidad social. Llamada a marcar una generación, sus versos se apagaron demasiado pronto.
Qué más da si aquí o allá, estamos
ardiendo juntos en este cuarto.
Te cuento que cuando ruges,
sólo me suenan zumbidos.
Un verso en cualquier gasolinera… que no me siga la carretera en los espejos, sino mis ojos.
Tu nombre se derrama entre mis manos. Criatura del sol.
Y ser lanzado desde el puente a las aguas frías de la vida.
Llévame allí, a la ciudad donde solamente hay borra de café y edificios vacíos.
Caminos que forman historias; historias que forman una vida.
Sos un diccionario sin palabras. Con el tiempo el dolor cesa, cada vez cuesta menos respirar. La herida cierra.
Crece. Y nos consume. Nos habita
Pregunta siempre antes de entrar
y deja una buena propina
al despedirse.
Escapar del búnker y el amor en aulas vacías.
Apareció armada con flores
y con el sol como emblema.
Miradas
policromadas de sentimientos.
Eones fusionados con mi cuerpo inspirado,
Exclamando un soliloquio maravillado…
Un camaleón que camina despacio
a la sombra de mis pies.
¿Cuántos años han pasado por esta ciudad? Pronto será otro día.
Los huesos se rompieron. Nada más que decir.
No hay violín ni trompeta, hay verso.
El mundo de la muerte me enseña a los mejores lectores.