De taxis y taxistas (IV)

El caos invernal. La antesala del infierno. Un cero a cero entre aspirantes al descenso.

El tiempo es el mejor antologista, o el único, tal vez.  

Jorge Luis Borges

CIUDAD DE MÉXICO
TRAYECTO: INSURGENTES CUICUILCO-
CALLE DE MADERO
(CENTRO DE TLALPAN)
20.30 HRS.

– Llevo dos días con la aplicación. Sí, apenas dos días. 

Virgilio Campillo se presentaba de esta manera. Su nombre y foto eran apenas visibles en un tarjetón decolorado por efectos del sol, pegado en la ventana derecha del asiento del pasajero, respondiendo a pregunta expresa: ¿Y cuánto tiempo tiene usando la ‘app’ de Easy Taxi?

Era de noche, tráfico pre-navideño. El “trébol” donde convergen Periférico Sur y Avenida de los Insurgentes a vuelta de rueda. El velocímetro marcaba tres km/h y el tablero llevaba pegado un post-it® de color rosa sobre él: Recuerda que te amo. Tu novia, Mariana. Colgado del espejo, una corbata hecha de cartulina (iris) azul celeste, adornada con estrellas engomadas color plateado y pegatinas de colores y formas variadas. Vamos, amor “del bueno”.

Mi hermano, trabaja en la base “Pumitas”, ahí en la salida del metro Universidad pero también ya usa desde hace un par de meses esto del “Easy-taxi”. A decir verdad, eres mi segundo cliente. Ayer uno me contactó y no supe llegar, ese fue el primero. Estuve dando vueltas unos veinticinco minutos. No le entiendo mucho al (app) “güeis” (Waze) y sus instrucciones para llegar. Prefiero (usar) la Guía Roji (antigua compilación impresa con planos y calles de la ciudad), decía mientras levantaba orgullosamente un ejemplar ya con unos años encima, carente de portada, y continuó su diálogo mientras en mi línea del horizonte aparecía un centro comercial que, por la cantidad de autos a su alrededor, asemejaba ser sede de algún evento social masivo o el único estacionamiento en el fin del mundo.

El mal entendido concepto “para ayer” tan usado (y tristemente aceptado) en nuestro país es de las cosas más exasperantes con la que podemos convivir aquellos que tenemos oficios que van muy de la mano de la entrega de cosas acotadas por el tiempo. La navidad (hasta el último tuit que revisé) siempre es el mismo día todos los años (con pandemia o sin ella, bisiestos o no). El ser humano que celebra tan tradicional fiesta (religiosa o social, cada quién sus ansias) tiene mas de trescientos días para planear, buscar, comparar precios de un posible regalo, muestra afectiva o en su defecto una triste y poco imaginativa tarjeta. Pero todos deciden ir al mismo punto a la misma hora. Un centro comercial en época navideña debe ser considerado (junto a la app Tik-Tok) uno de los puntos más bajos de la historia de la humanidad.

Había enviado ya un correo electrónico a la compañía, pero no me contestaron. Por lo que lleve todos los documentos que se necesitan ahí a las oficinas de “Easytaxi” en la (colonia) Doctores. Nos cobran $5.00 de comisión por dejada, pero se aprovecha el tiempo. Por ejemplo, los días de puente (feriados) el sitio está ‘muerto’, nada de trabajo. En cambio, con esta app, estás pendiente si te hablan de aquí o de allá… así qué cuando no hay clientes en la base los encontraré por aquí, me dijo al tiempo que señalaba la pantalla de su teléfono.

La fila de autos para ingresar al centro comercial se mezclaba con el tránsito de las avenidas. El caos invernal. La antesala del infierno. Un cero a cero entre aspirantes al descenso.

Bueno, debo aprender a usarlo bien primero. Y mostró una sonrisa de niño-con-juguete-nuevo. 

A Virgilio, a la Guía Roji y a todos nosotros, el futuro y la tecnología nos alcanzaron. Lo hicieron sobre (avenida) Insurgentes, habíamos avanzado apenas unos veintitrés metros en veinticinco minutos. 

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