Reflexiones sobre caminar, viajar y mirar

Los paseos del flâneur y el turista de masas se entrecruzan por primera vez en este breve ensayo.

Por: Pablo Villacampa.

Si hay dos acciones que hemos echado de menos durante este confinamiento de carácter global y prácticamente obligatorio para todos, esas han sido caminar y viajar. Cuestiones que no necesariamente tienen que ir unidas pero que, en la práctica, se dan casi siempre juntas. 

Esas son las dos principales materias de las que trata este libro Callejeando por seis ciudades europeas. El intento del flâneur frente al turismo de masas . Un ejemplar que ha sido posible gracias a la decidida voluntad de la editorial UOC y su colección Cuadernos Livingstone, cuyo lanzamiento tuvo la suerte (notarán la ironía) de coincidir justo unos días antes de la eclosión de esta pandemia maldita. 

Este breve ensayo, el intento de flâneur recorre auténticos templos del turismo de masas: Madrid, Barcelona, París, Roma, Berlín y Londres. Este personaje destaca por ser observador de personas, mirando entre la multitud y sintiéndose seguro en el anonimato. Andando de forma ociosa y evitando las prisas. Seguramente, todo lo contrario a los que participamos en el turismo de masas de hoy.

A lo largo del libro -cuya pretensión no es la de fomentar ese eterno debate “ser turista versus ser viajero”-, se van describiendo paseos, historias y situaciones, muchas cómicas o ridículas, que se dan en esas ciudades que han tomado los visitantes y que cada vez resultan más hostiles para el simple viandante, vecino o intento de observador moderno.

No encontrará una guía de viajes quien adquiera un ejemplar, aunque podría servir como alternativa. No hay infografías, no se abruma con datos, aunque existe suficiente información histórica, detalles y descripción de lugares. Lo que importa aquí es la mirada. La observación que realiza el flâneur de su alrededor y de toda esa masa que se mueve junto a él. Además, las personas conocedoras de estas seis ciudades seguro se identifican con algunos de sus paseos.  

Como en el tiempo que vivimos, merece la pena parar y reflexionar. Viajar; caminar de forma lenta. El simple intento ya supone un triunfo frente a la dictadura que impone nuestro sistema. 

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