La condecorada Camila Sosa Villada y la inimitable Margo Glantz abanderan las recomendaciones propuestas por la redacción purgante para despedir mayo como se merece.
Las malas; Camila Sosa Villada
Ficción autobiográfica. Una biografía manchada por destellos de ficción. Acaso las memorias de una infancia y adolescencia grises, dolorosas y atípicas que buscan reivindicar identidades, deseos, el amor, la vida que debe vivirse y no la vida que debería vivirse porque así lo dicen todos allá afuera. Y luego la aparición de la Tía Encarna, la matriarca travesti que es como una santa que brinda cobijo, pertenencia, amor y el calor del que todas quienes ahí habitan no habían experimentado. Porque la sociedad y la familia son crueles con ellas, con su esencia, como sus cuerpos. Porque, como dice Camila Sosa Villada, “no admiten que las travestis puedan hacer mundo o lenguaje”. Y mucho menos cuando el camino que deben seguir es la prostitución, la vendimia de sus cuerpos desgastados que han sufrido los embates de todo tiempo, y luego, lamentablemente, en la mayoría de los casos, la muerte. Porque las alternativas, más allá de ese círculo de cuidado y ternura que se tiene entre ellas, no son muchas. No antes. Aunque tampoco ahora. Y estas páginas son el recorrido por los lugares que no estamos dispuestos a observar, o que observamos de reojo con repulsión, miedo y cinismo porque a nosotros qué nos importa, y no sólo los lugares sino también las estructuras que generan opresión, los dolores, la realidad que debe vivirse. Una escritura proveniente de los márgenes y del campo, de las mujeres de su familia y de los pueblos. Una oralidad y una construcción que vienen de lo popular. La conjunción del coraje, lo lamentable, lo desgraciado, pero también de lo bello, de la redención, de los gritos de esperanza y de un efecto mágico de gracia y triunfo. Así que qué más da la categoría o el género que quiera ponérsele a la literatura de Camila, si lo único que importa es seguir leyéndola y consumir ternura, amor y diversidad.
Las elegidas; Jorge Volpi
Las elegidas (2015), del escritor mexicano Jorge Volpi, es una novela corta escrita en verso, inspirada en hechos reales: en el año 2001, una red de proxenetas y polleros fue descubierta como la causante del secuestro de cientos de jovencitas que eran obligadas a prostituirse en las sórdidas plantaciones de fresas conocidas como los “campos del amor”, en San Ysidro, California. Se trata de un viaje al centro mismo de la soledad y la falta de oportunidades, de sueños rotos que colisionan con una horrenda realidad que abarca mentiras, maltrato y prostitución. El chino, el Gringo, Azucena y Salvina son personajes que deambulan entre el polvo y la sangre de una historia que describe el horror de costumbres que se remontan a tiempos prehispánicos; concretamente en Tenancingo, Tlaxcala, los padres educan a sus hijas para convertirse en prostitutas, sometidas a una sumisión sin oportunidad de escape. Lo peor: también se alecciona a los hombres del pueblo a traficar con sus mujeres, en un pesadillesco mercado humano que “exporta” a los Estado Unidos inocentes almas que apenas comienzan su vida, tristemente destinadas a la desesperanza. Hay una denuncia social importante en el núcleo del libro; Jorge Volpi inventa personajes y situaciones a partir de una realidad macabra que describe sucesos vividos por miles de mujeres, ante el desinterés e incapacidad de una autoridad que es pieza importante del rompecabezas mismo. Tremendamente actual, Las elegidas suaviza la dureza de su trama por medio de un plácido uso del verso, que termina convirtiéndose en algo cercano a un himno al dolor; la traición de los hombres y la frustración del sueño americano para las jovencitas son dos de los temas que atraviesan las 147 páginas del libro editado por Alfaguara. De Tlaxcala a Tijuana y de ahí a California, este esperpéntico argumento también inspiró la película homónima de David Pablos del 2015, otra desoladora mirada de un mismo tema tan presente y cercano que se incrusta en la médula de una sociedad que, inevitablemente, se pudre día con día.
Por breve herida; Margo Glantz
“Mientras espero, pienso; suelo perderme en divagaciones”, dice la narradora de esta novela, que no es otra que la propia Margo Glantz hablando de sí y de otros que, como ella, han sido atravesados por el horror y la fascinación que suscitan los dientes enfermos. Desde el sillón de la sala de espera o desde el asiento reclinable del consultorio de su dentista, Margo lee, apunta, reflexiona, recuerda, relee y abunda en las obsesiones que ya están consignadas en sus libros anteriores y posteriores, pero aquí todas pasadas por la boca. Margo narra sus ires y venires al consultorio dental a lo largo de los años y, mientras, ensaya sobre el erotismo, el arte -el poder de la dentadura en los cuadros de Bacon-, la música -las Variaciones Goldberg ejecutadas en dientes de piano hechos con colmillos de elefante-, la literatura -el cuento Berenice de Poe en el que los dientes de una mujer son objeto de obsesión y deseo-, la cultura popular -Drácula como el mayor ejemplo de visibilidad dental- y la vida cotidiana -sus consultas médicas suspendidas por sus constantes viajes por el mundo- entre anestesia, muelas del juicio, taladros, encías, guardas, puentes, postes, caries, prótesis, huesos, saliva, sangre… Fusión absoluta de novela, ensayo erudito, crónica autobiográfica, autoficción, diario personal, nota periodística, crítica literaria, apuntes, citas y autoplagios, Por breve herida se edifica en fragmentos en los que Margo, además de lo ya mencionado, se permite reflexionar sobre la intervención, apropiación y pulverización que hace sobre estos géneros. Hermanado con otros libros de la autora como Síndrome de naufragios, La cabellera andante, Yo también me acuerdo, Y por mirarlo todo nada veía y El rastro, éste es quizá el ejemplo más contundente del porqué, a sus 82 años, Margo Glantz es la escritora más vanguardista y joven de nuestro país.
El mal dormir; David Jiménez Torres
El mal dormir: un ensayo sobre el sueño, la vigilia y el cansancio es una obra a medio camino entre lo autobiográfico y todo lo considerado relevante relacionado con el insomnio y el cansancio. Si bien el insomnio esta pueda parecer una epidemia actual debido a a sobrecarga del mundo poscovid, la base del ensayo se encuentra lejos de esta idea. Debido a que no existen registros estadísticos precisos sobre las horas de sueño que dedicaba la sociedad de antaño, no es posible saber con exactitud si actualmente, en el siglo XXI, los insomnes somos unos pocos o si pudiéramos emplear la manida frase “mal de muchos, consuelo de tontos”. El autor habla de su propia experiencia como insomne, de la industria que genera, de las largas horas que se pasan en esas noches tristes y de cómo nuestro cerebro a menudo comienza a rumiar situaciones cercanas. También pasa de puntillas sobre secretismo del insomnio ocasional debido al miedo a lo paranormal, e incluso entrevista a un analista financiero londinense que constata cómo prácticas como el trabajo 24 horas o ingesta de cafeína y otros estimulantes son prácticas normalizadas en el mundo de la Bolsa, de tal forma que el entrevistado justifica asimismo estas prácticas, puesto que la productividad en estas áreas “no se puede entender de otra manera”. Un ensayo interesante, contrastado y ligero.
Dos veces única; Elena Poniatowska
En palabras de la propia Elena Poniatowska, periodista y escritora mexicana, en su obra recupera voces «y prodigiosas mentiras que son la verdad de cada uno». Lo hizo ya con Octavio Paz, Leonora Carrington y Jesusa Palancares, entre otros. En esta ocasión, Poniatowska recupera la vida de Lupe Marín, primera esposa del renombrado Diego Rivera, y posteriormente del poeta Jorge Cuesta. La mirada en torno a Marín me parece que surge por su irreverencia, y por ser un personaje catastrófico que influyó fundamentalmente en las vidas de aquellos que formaron el grupo de contemporáneos mexicanos del siglo XX. Bajo la sombra de Frida Kahlo, pero rodeada de grandes figuras, Marín se abre paso dentro del mundo intelectual que dejaría plasmado en su legado. Confieso que disfruto mucho de leer a Poniatowska. La autora siempre me traslada a un escenario particular y, en esta obra en específico, me regala un viaje a aquella época de auge en el que el movimiento artístico en México tomaba fuerza, dando destellos románticos y un tanto ilusivos hacia un mundo que estaba por detonar.
Mientas haya bares; Juan Tallón
En una charla con Marcel Beltrán publicada en Panenka, Enrique Ballester decía que le gustaba más hablar sobre los mitos que se mantienen inalterables respecto a su constelación de ídolos que de los que se le han caído. Después de rendirse ante Enric González y sus Historias del Calcio, tocó el turno de «los gallegos», de donde emergieron nombres como los de Julio Camba, Manuel Jabois y, por supuesto, Juan Tallón. Por razones de las que prefiero no acordarme, llevaba tiempo postergando la lectura de Mientras haya bares, un libro editado por Círculo de Tiza que recopila varias de las mejores columnas y textos periodísticos del escritor oriundo de Vilardevós. El título, como se podría intuir, reivindica la mitología de los bares inmundos —más que de los cafés instagrameables— como manantial de historias en la escena literaria, pero también de todo lo que envuelve a la poesía cotidiana: el cine, los libros subrayados, las anécdotas de sobremesa, el fútbol, el alcohol o aquellos sujetos que van de un lado a otro con un peine en el bolsillo como si se tratase de un revolver. Doblé la punta de la hoja en una columna que hablaba sobre que, quizá, lo único que deberíamos exigirle a un libro es un instante. No una buena trama, un protagonista inmejorable o un gran final. Un instante. O un gesto, visto de otro modo. Porque, en esencia, la literatura son gestos. Y nadie con mejor repertorio de gestos que Tallón.
Los que sufren; Pablo González Sánchez
Un parricidio desemboca en una locura mental que acaba por estallar en la cara de todos los que tengan relación con el libro. Protagonistas, lectores y demás fauna loquísima de este mundo. La fauna loquísima de la España profunda. La fauna loquísima que te encuentras a las cuatro de la tarde en el bareto que queda justo al lado de la plaza de toros. La fauna loquísima loquísima. Políticos, mafiosos, borrachos y cocainómanos que nos ayudan a ver nuestros problemas con perspectiva. Los problemas familiares con un hermano que vive en Rusia y está a cinco minutos de ser asesinado por algún sicario del servicio secreto de Putin. O no porque en realidad no es un tipo tan importante. Nadie es tan importante como para molestar a Putin un día a las cuatro de la tarde después de los toros. Todo lo que pasa o se cuenta se resuelve como debe ser resuelto. Con una crisis de identidad que te va a dejar en babia durante los próximos cinco meses. Reservad hora en el psicólogo, que últimamente tienen las agendas llenas.
Todos los museos son novelas de ciencia ficción; Jorge Carrión
Me topé con el libro por accidente. Caminando en las calles de Granada, entré a una exposición sobre lo que parecía ser arte contemporáneo. En todas las salas del museo existía una narración, un hilo conductor, un relato especulativo dentro de las paredes de la exposición, complementado con obras de artistas nacionales e internacionales. El detonante de la historia resulta ser un correo electrónico que recibe Carrión de un remitente misterioso, llamado Mare. Esta conversación dura meses, convirtiendo al autor en una especie de adicto a este ente de ceros y unos. Mare sabe todo de Jorge, tanto el presente, pasado y futuro… ¿Qué no es eso mismo lo que sucede con los algoritmos en nuestro día a día? Esta no es una narrativa postapocalíptica y al mismo tiempo lo es. La historia comienza en un presente, unos meses antes de la pandemia del COVID 19. Poco a poco el protagonista va descubriendo quién es el autor de este correo, mismo que va convirtiéndose en una pieza fundamental en su vida. Mare es más que una simple admiradora de las novelas de Jorge, y es mucho más aún que un algoritmo o una manifestación de inteligencia artificial. Para Jorge es la respuesta a muchas preguntas que no se ha formulado en el presente, pero sí en el futuro. La novela nos invita a replantearnos las utopías que como sociedad estamos creando. No solo es Jorge Carrión quien le da voz al relato en primera persona, también aparecen las voces de varios artistas que van construyendo esta narración. Todo esto no solo se encuentra plasmado en el libro, sino que termina de desarrollarse en la exposición en el Centro José Guerrero de Granada, algo que nos lleva a pensar que, quizá, todos los museos son novelas de Ciencia Ficción.