Patricia (y mis musas)
Hay días en los que me odio Días llenos de pensamientos oscuros Que inundan mi
Hay días en los que me odio Días llenos de pensamientos oscuros Que inundan mi
Con el deseo llega la obsesión, Y con la obsesión llega la jauría, Me vuelvo
Para aguar las penas bebo, pero siento frío Río, pero mis ojos lloran Medito, pero
Para comprender, Desnudo mi mente y la abro de piernas Le susurro mis temores, mientras
Ahora mandan las mujeres más mundanas, Ríen, gozan y gimen, Se perfuman y se cantan
Un reflejo de sudor recorre su ombligopara que sus pupilas bañadas en éxtasis me indiquen el
Debido a que perdí el tren que debía llevarme de vuelta a mis responsabilidades, me
III. En nombre de la violencia, uníos Después de tres cervezas y un porro a
II. Contexto, por favor Empiezas a tener una edad y necesitas dinero para tus chanchullos,
Con Farenheit 451, el autor dio en el clavo. Con un martillo de goma, pero en el clavo adecuado.
Según los medios, los pobres somos los verdaderos fascistas. Una plaga que hay que eliminar. Mejor será que nos peguemos un tiro antes de que infectemos al resto.
Tanto pesimismo nos empujó a una borrachera antológica.
Se contonea a través de las luces estroboscópicas con movimientos epilépticos pero a la vez sensuales, mirando a su público con una provocación digna de Ava Gardner.
El rumor es la más eficaz de las trampas del lenguaje.